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Ahora que las temperaturas van a subir cada vez más, es posible que salir a correr durante el día te parezca imposible, y es totalmente comprensible. Pero eso no quiere decir que tengas que dejar de practicar running. Cuando el calor aprieta, los mejores momentos para correr son el amanecer y el anochecer, cuando el sol se esconde. Si te resulta imposible madrugar aún más de lo que lo haces, es posible que optes por correr por la noche, cuando ya has dado por concluído con todas las tareas del día y descienden las temperaturas.
En ese caso, a las recomendaciones básicas para hacer running hay que añadirles algunas precauciones más que son imprescindibles si se corre de noche.
Ten en cuenta la hora de la cena
Cuando vamos a correr es mejor no hacerlo con el estómago lleno. Si necesitas combustible antes de empezar toma algo ligero, como una pieza de fruta y un puñado de frutos secos. Cuando vuelvas a casa, te habrás ganado con creces una ducha refrescante y la cena. Si por el contrario prefieres cenar antes, procura hacerlo temprano, espera un tiempo prudencial, y evita los alimentos copiosos que te compliquen la digestión. Es importante tener esto en cuenta porque correr con el estómago lleno dificulta la circulación sanguínea y nos hace más proclives a los dolores musculares.
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Hazte visible con ropa fluorescente
Para correr de noche es necesario hacerse con un kit brillante que es muy fácil de conseguir. La visibilidad es fundamental, especialmente si corres cerca de caminos o carreteras, y la ropa reflectante es la que hará que los faros de los coches te iluminen y puedas ir segura.
Las opciones son bastantes, así que elige la combinación que mejor te parezca y que más te ilumine: chalecos, mallas, bandas laterales, gorras y hasta zapatillas reflectantes que se encargan de hacerte completamente visible para el tráfico nocturno. Por cierto, si vas por carretera, acuérdate de correr siempre de cara al tráfico, ya que es la mejor forma de que veas a los vehículos y de que ellos te vean a ti.
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Cuidado con el volumen de la música
Sabemos que escuchar una buena música que te motive puede resultar fundamental para animarte a seguir corriendo. Pero lo cierto es que al hacerlo estás eliminando el sentido del oído, que es fundamental para que puedas escuchar sonidos que pueden avisarte de un peligro, como el pitido de un coche.
Si no te resistes a dejar los auriculares en casa, procura poner la música lo suficientemente baja como para que no suponga un aislamiento total del entorno que te rodea. Y mucho cuidado con emocionarte y subir el volumen cuando llega tu canción favorita. Otra opción es usar solo un auricular, de manera que tengas al menos un oído libre para escuchar lo que pasa a tu alrededor.
Un poco más de seguridad
Hay medidas de seguridad que nunca están de más, como asegurarte de que hay alguien que conoce el recorrido que vas a hacer. Si es posible, sal a correr con, al menos, otra persona, pero si no es así lleva un teléfono contigo que te permita estar siempre localizada. Si correr de noche se va a convertir en un hábito puedes invertir en un Run Angel, una especie de reloj que emite una fuerte alarma si se activa en caso de emergencia.
Y aunque lo previsible nunca es sufrir un accidente, es importante que lleves una identificación con tus datos personales, como nombre, teléfono de contacto e incluso grupo sanguíneo, para que puedan asistirte en caso de emergencia.
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