No siempre comemos por hambre, sino que en ocasiones nos apetece sentir texturas, sabores y sensaciones en el paladar que asociamos con un momento de ocio o de relajación. Se trata de ocasiones impulsivas en las que más vale tener a mano un alimento saludable, porque de lo contrario podemos acabar lamentando este impulso de placer cuando recurrimos a snaks ultraprocesados, o a alimentos grasos y muy calóricos.
Tomates cherry y pepinos crujientes
Las versiones mini de estos dos vegetales pueden saciarte mientras que entretienen a tu paladar. Existen variedades cherry similares a los tomates de pera, más alargados y oscuros, que tienen un sabor más profundo y que permiten ser mordidos sin “explotar” en tu boca. Estos son una buena opción para saciar el hambre, y se pueden comer como si fueran frutas del bosque. Además, los pepinos también tienen una variedad enana, muy suave, que sigue aportando todo lo bueno de un alimento natural y la diversión de un tentempié para pasar el rato.
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Rodajas de vegetales aliñados con limón y cayena
Casi cualquier hortaliza similar se puede convertir en un plato delicioso simplemente cortado en rodajas, crudas, y bien aliñadas con cítricos, vinagre o sal marina. Aquellas que permanecen crujientes, como la zanahoria además aportan ese aspecto lúdico cuando las muerdes. Son hipocalóricas, refrescantes y aportan gran cantidad de vitaminas y minerales.
Pepinillos
Los encurtidos, y en concreto los pepinillos en vinagre, resultan un tentempié muy saludable, porque a fin de cuentas son vegetales. Tienen esa textura divertida, que cruje, y gracias a su sabor resultan adictivos. No hay problema, puedes comer todos los que quieras, aunque si sufres hipertensión no debes abusar, pues contienen una alta concentración de sal. Si te decantas por otro tipo de encurtidos puedes optar por cebollitas o berenjenas, ambas siguen siendo verdura, pero es recomendable no abusar de las aceitunas porque resultan más calóricas.
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Algas, al natural o como si fueran 'chips'
El sabor salado de la algas es perfecto para saciar la gula cuando queremos comer algo por mero entretenimiento o para apaciguar el apetito. Una ración tiene apenas 25 calorías e incluye una cantidad nada despreciable de nutrientes como el yodo y el magnesio. Son hipocalóricas, y además resultan aliadas de tu dieta porque la fibra de las algas, especialmente de la espirulina, ayudan a perder peso según un estudio de la Universidad de Copenhage. Puedes consumirlas como más te apetezca, frescas en ensalada, o tostadas como si fueran chips.
'Chips' de fruta liofilizada
Fresas, manzanas y frutos rojos. La fruta liofilizada tiene un aspecto similar a la fruta deshidratada pero es mucho más saludable que esta. El problema de la deshidratada es que se expone a altas temperaturas para eliminar todos sus líquidos, y en este proceso de combustión se genera dióxido de azufre, que está relacionado con dolores de estómago y erupciones cutáneas. Sin embargo, la liofilizada ha sido deshidratada siguiendo un proceso contrario, no se ha utilizado calor sino que se ha congelado utilizando un sistema de deshidratación. Por esta razón la fruta liofilizada mantiene una textura crujiente muy placentera que evita esa sensación chiclosa de la deshidratada y, además, mantiene intactos los nutrientes de las frutas.
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