"El asma es una enfermedad crónica que se produce cuando la exposición a ciertas sustancias o determinadas circunstancias inflaman los bronquios. Estos se estrechan y pueden llegar a obstruirse, lo que puede provocar problemas para respirar que, en ocasiones, suponen un gran riesgo vital para el afectado", explica la doctora Alicia López de Ocáriz, experta médica de Cinfa. Una enfermedad que cada día cuenta con un mayor número de casos diagnosticados, algo que se debe a una mejora en el diagnóstico, pero también a una mayor exposición a agentes tóxicos, como es la contaminación.
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Según apuntan desde SEPAR, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, la prevalencia de esta patología ha aumentado entre un 8% y un 10% en los países industrializados durante la última década y hay un gran consenso en la comunidad científica sobre la influencia directa de esta problemática medioambiental en el asma, algo que se traduce en un agravamiento de los pacientes diagnosticados y en la aparición de nuevos casos. "En primer lugar, se asocia con un aumento de las exacerbaciones (episodio agudo y empeoramiento progresivo), que conllevan un incremento en el número de visitas a urgencias y de hospitalizaciones. En segundo lugar, a nuevos casos de asma", recoge en un informe científico el Dr. Luis Manuel Entrenas Costa, de la unidad de Gestión Clínica de Neumología del Hospital Universitario Reina Sofía en Córdoba.
Desencadenantes y síntomas del asma
Además de la contaminación, esta enfermedad tiene entre sus causas el tabaco, los alérgenos, infecciones respiratorias como el resfriado o la gripe, y el reflujo gastroesofágico. "Los asmáticos han de identificar qué sustancias o alérgenos empeoran su asma y tratar de evitarlos. También es muy importante usar correctamente el inhalador y, con la ayuda del médico, aprender a reaccionar frente a una crisis", detalla la doctora López de Ocáriz.
En cuanto a los síntomas, quizá el más conocido es la dificultad para respirar, pero hay otros efectos que actúan como alerta, como la tos, los silbidos en el pecho o la secreción de un moco viscoso y espeso, difícil de expulsar. Igualmente puede asociarse a rinitis (un trastorno que afecta a la mucosa nasal y que produce estornudos, picor, obstrucción, secreciones nasales) así como a la sensación de dolor u opresión en el pecho.
Consejos para convivir con el asma
"El asma no tiene cura", afirma la experta, por lo que el paciente tiene que ser muy responsable de su enfermedad y, además de mantenerse alejado de los focos que se lo producen, es recomendable seguir algunos consejos básicos que nos comenta. El primero, y más importante, seguir la medicación según prescripción médica, con un uso adecuado del inhalador y sin interrumpir el tratamiento por cuenta propia, aunque no se sufran los síntomas.
Además, es interesante practicar fisioterapia respiratoria, no fumar y mantenerse alejado de ambientes cargados de humo, así como practicar deporte de forma moderada. En este caso, la doctora recomienda hacer ejercicios de calentamiento y aclimatación previos y poco a poco subir la intensidad, con el fin de preparar las vías aéreas para el esfuerzo.