A pesar de que se asocie a la infancia, el miedo a la oscuridad, un problema que hace unos días supimos que sufre la tonadillera Isabel Pantoja, concursante de Supervivientes 2019, es más común de lo que parece entre los adultos. Se conoce como escotofobia, y se define como el miedo irracional y extremo a la oscuridad. “Este trastorno fóbico se cataloga dentro de los trastornos de ansiedad y las personas que lo sufren muestran síntomas como una ansiedad extrema y un miedo irracional a este estímulo. Este miedo les lleva a evitar situaciones y lugares oscuros e, incluso, pueden experimentar malestar pensado únicamente en ello”, explica la psicóloga Cristina Pérez, de Siquia.
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Según explica la experta, la sensación de pánico que invade no se debe a la ausencia de luz, sino a los peligros que creen que se esconden en la oscuridad. Aunque suele desarrollarse en personas con rasgos ansiosos o propensos a sentirse temerosos, cualquier persona puede tener miedo a la oscuridad si realiza una interpretación errónea de alguna situación o estímulo relacionado con la oscuridad y este no se ha podido superar.
¿Por qué aparece?
El miedo a la oscuridad es uno de los miedos más comunes en la infancia, de hecho, es considerado un miedo evolutivo que normalmente desaparece por sí sólo cuando los niños alcanzan los ocho o nueve años de edad. Puede aparecer por varios motivos:
- Por una experiencia traumática: por ejemplo, cuando al niño se le ha castigado en una habitación oscura tiene mayor probabilidad de desarrollar este tipo de fobia.
- Visionado de imágenes de terror en una película: la aparición de fantasmas o monstruos suelen ocurrir en la noche y en la oscuridad.
- Aprendizaje por observación: por ejemplo, si un hermano también tiene miedo.
En adultos, y en la mayoría de las ocasiones, el miedo a la oscuridad está asociado a la claustrofobia, ya que quien siente este miedo irracional a la oscuridad, al no poder ver nada, se siente 'encerrrado' y piensa que es imposible tratar de escapar de ese lugar.
Posteriormente, en ancianos, el miedo a la muerte y a la oscuridad pueden ir vinculados, "ya que el momento de irse a dormir lo utilizan para reflexionar sobre la proximidad de la muerte y esta reflexión se produce en la oscuridad", indica la especialista en psicología.
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Cómo actuar para vencer el miedo
Cuando una persona está sufriendo un ataque de pánico por miedo a la oscuridad está teniendo sensaciones desagradables que se alimentan por los pensamientos catastróficos que suelen acudir a la mente. Para controlarlo, es importante tratar de cambiar el foco de atención. Es decir, “si la persona centra su atención en los síntomas ansiosos que puede estar experimentando en ese momento lo único que va a conseguir es que estos se intensifiquen. Por eso, es importante intentar que logre ‘despistarlo', así como realizar respiraciones profundas y recibir mensajes tranquilizadores de la persona que esté con ella.
Como cualquier otra fobia, si se mantiene en el tiempo y su intensidad es desbordante puede tener un gran impacto en el día a día de la persona que la padece, ya que el individuo se siente deprimido, ansioso y muy nervioso la mayor parte del tiempo. Cuando ocurre esto es el momento idóneo de pedir la ayuda de un psicólogo.
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