Parece imposible unir los conceptos “adelgazar” y “buen humor” sin que resulten del todo incompatibles. Una gran parte de la población, especialmente las mujeres, se han sometido en alguna ocasión a una dieta de adelgazamiento. Así que seguramente ya has experimentado los cambios de humor que suelen acompañar a una pérdida de peso.
Cuando esto ocurre, y sentimos que nuestro estado de ánimo empeora, y padecemos nerviosismo, ansiedad, dolores musculares y de cabeza, etc. sin duda estamos haciendo la dieta equivocada.
No se trata de restringir alimentos
Esto no quiere decir que podamos perder peso comiendo de todo, porque no es cierto. Pero el foco no hay que ponerlo tanto en qué alimentos son más calóricos o cuáles lo son menos, sino en conseguir en conjunto un estilo de vida saludable.
Uno de los principales errores cuando queremos perder peso es eliminar de nuestra dieta determinados alimentos, que no solo no nos hacen engordar, sino que además son necesarios para que no nos falte ningún nutriente esencial y sigamos una alimentación que cuide de nuestra salud.
Las llamadas “dietas milagro” o de choque te pondrán de mal humor sin duda, porque no puedes sentirte bien cuando tu cuerpo pierde demasiada agua y le faltan nutrientes. Lo mismo ocurrirá con aquellas que te ofrecen “comida” sustitutiva, pero que te impiden comer alimentos de verdad, que son los que realmente te proporcionan equilibrio y bienestar.
Lo mismo ocurre con los ayunos prolongados, que harán descender tus niveles de glucosa a niveles mínimos, lo que supone un riesgo para tu salud y un malestar asegurado con el que es imposible que estés de buen humor. Y es que la clave del bienestar alimenticio no está en la restricción, sino en saber qué es lo que estamos comiendo y buscar, ante todo, la salud y el equilibrio.
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Cómo perder peso sin estar de mal humor
Puede que parezca una misión imposible, pero no lo es. De hecho, ver cómo avanzas en tus objetivos de alcanzar un peso saludable sin grandes restricciones y sin pasar hambre, te harán sentir cada vez mejor y más motivada.
Las dietas hipocalóricas que hemos mencionado antes son una garantía para que tu mal humor nunca acabe. En un primer momento te faltarán nutrientes y tendrás muy bajos los niveles de glucosa, y aunque creas que ha merecido la pena porque has visto cómo la báscula respondía a tus esfuerzos, antes de lo que te imaginas todo se habrá ido al traste. La culpa la tiene el efecto rebote que te está esperando a la vuelta de la esquina para devolverte los kilos que habías perdido, junto a algún otro kilo más de regalo. Y eso, inevitablemente, sí que pone de mal humor.
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Perder peso de forma saludable y manteniendo nuestro buen humor se consigue con una única fórmula, que no tiene nada de mágica a pesar de ser muy efectiva: haz ejercicio y come sano.
El problema, normalmente, es qué entendemos por comer sano. Pero entonces la auténtica dieta mediterránea acude al rescate, y nos recuerda que nuestra dieta ha de estar basada en el consumo de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, pescado y carne magra como la de pollo y pavo; que el aderezo estrella es el aceite de oliva; que los productos precocinados y ultraprocesados han de quedar fuera de nuestra vida, al igual que la bollería industrial y los azúcares añadidos; y que, preferiblemente, cocinemos los alimentos al vapor, al horno o a la plancha.
Ahora añade 30 minutos ejercicio físico diario, y tu cuerpo responderá por sí solo, sin que pierdas tu buen humor en el camino. Y, por supuesto, si crees que necesitas un buen apoyo o un guía para este fin, no dudes en ponerte en las manos de un buen nutricionista que te ayude a cuidar de ti en este proceso.
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