A estas alturas, todos sabemos qué son los alimentos ecológicos. Se denominan así porque se cultivan sin elementos químicos, no se añaden aditivos sintéticos ni son genéticamente modificados. Además, son más sabrosos. Los alimentos orgánicos también son alimentos de temporada. No se fuerza su crecimiento ni maduración. No se almacenan en cámaras frigoríficas. Y todo ello, obviamente, influye en el sabor y en el olor, es decir, en la calidad organoléptica del alimento. Las ventajas de la agricultura ecológica van más allá. Consumiendo este tipo de productos contribuimos, además, a apoyar la economía local y a asegurar el puesto de trabajo de los pequeños empresarios, como agricultores y comerciantes.
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A pequeña escala, incluso nosotros podemos ser productores de alimentos saludables que vayamos a consumir casa. Así, si disponemos de una terraza o pequeño jardín con luz solar podemos tener nuestro propio huerto en casa, plantar las semillas, matas o los bulbos de algunas especies vegetales y, con cuidados y paciencia, consumir nuestros propios productos ecológicos.
¿Cómo cultivar en macetas?
Tal como nos explica el biólogo Francisco Martín Cadenas, especialista en agricultura ecológica, "lo principal que tenemos que tener en cuenta es la tierra. Tiene que haber la suficiente, por lo que si vamos a cultivar en macetas, estas tienen que ser grandes".
También, deben contar con un buen drenaje, ya que de lo contrario podemos provocar que el agua se encharque en la tierra y se pudran las raíces. Además, "es muy importante que coloquemos recipientes o platos para macetas, para que conserven la humedad y los nutrientes que la tierra podrá absorber poco a poco", continúa el experto.
El color de las macetas no es baladí. Deben ser de tonos claros o color tierra. Los fuertes como el azul o el negro absorben mucho calor y podrían dañar la planta.
En cuanto al sustrato, este tiene que ser específico para plantas de huerto. "Podemos comprar mezclas ecológicas que contengan todos los nutrientes que necesitará la planta (mantillo, estiercol, arena, etc.)", señala Francisco Martín, que además es agricultor para el grupo de consumo ecológico Alkhalachofa. Asimismo, la tierra no debe ser solo tipo 'turba', puesto que podríamos provocar que se pierdan los nutrientes.
El riego dependerá de la exposición solar. Si nuestra terraza recibe muchas horas de sol, habrá que regar más, puesto que el agua se evaporará rápidamente. Si la orientación es norte o tiene alguna sombra de otro edificio, necesitará menos riego. En cualquier caso, hay que estar pendiente de la humedad de la tierra y, si es posible, "recurrir a sistemas de riego automático por goteo que pueden resolver temporadas en las que no estemos en casa, como en vacaciones", recomienda.
Plantas más adecuadas para cultivar en terrazas
La mayoría de las hortalizas y verduras que consumimos pueden cultivarse en macetas, solo que la producción será menor. Sin embargo, hay algunas más aconsejables y otras que no se recomiendan debido al tamaño de la planta, más grande e invasora, como por ejemplo, las calabazas o calabacines.
Para plantar entre enero y febrero:
- Espinacas
- Lechugas
- Guisantes
- Habas
- Judías (necesitarán sujeción, ya que se trata de plantas trepadoras)
Para plantar a finales de invierno:
- Fresas
Para plantar entre abril y mayo:
- Tomate
- Tomate cherry (necesitará sujección)
- Pimientos
- Berenjenas
"Cuando vayamos a elegir las plantas, es importante que escojamos variedades 'rústicas', es decir, más duras y fuertes, y evitar las especies más delicadas y difíciles de producir", advierte Francisco Martín.
Un método sencillo pero revolucionario
Para cultivar más en espacios más reducidos podemos recurrir a métodos que han demostrado ser muy eficientes. Es el caso de ‘Parades en Crestall’, del mallorquín Gaspar Caballero, con el que podemos cultivar un huerto en casa con poca tierra, menos agua de la que creemos y un mínimo trabajo de siembra. El secreto está en las medidas, en respetar la tierra, la rotación de cultivo según especies y no mezclar el compost con la tierra.
Si vamos a cultivar nuestros productos ecológicos en macetas, necesitaremos cuatro, que tienen que tener 30 centímetros de alto por 50 de ancho. Asimismo, deben contar con un orificio tapado con un pedazo de tiesto y cinco centímetros de material como la arlita para el drenaje. Posteriormente, se cubrirá con 15 centímetros de tierra y cinco de compost.
Si la terraza es amplia se pueden utilizar también pasteras, una especie de recipiente rectangular con patas que, normalmente, se utilizan para la construcción.
Para evitar plagas de insectos, se colocarán plantas aromáticas alrededor de las macetas.
A la hora de sembrar, este método promueve una horticultura más densa, es decir, cultivar lo máximo en pocos centímetros para que las plantas crezcan en el espacio justo que necesitan para vivir, lo que les permite protegerse creando un microclima que mantiene la humedad y evita la aparición de malas hierbas. Con el sistema de riego exudante (una manguera porosa que exuda agua por toda la superficie), la cobertura del compost y la siembra densa se gastará menos agua y se mantendrá una humedad más constante y uniforme.
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Dejar descansar la tierra
Por último, según el método 'Parades en crestall', hay que tener en cuenta la rotación, es decir, la sucesión de distintos cultivos en un mismo terreno. Las diferentes familias botánicas -liliáceas y umbelíferas (cebollas, zanahorias y apio); solanáceas (pimientos, berenjenas, tomates…); compuestas, quenopodiáceas y cucurbitáceas (lechugas, remolachas, acelgas, pepinillos) y leguminosas y crucíferas (judías, coles, rabanitos)- tienen necesidades nutritivas particulares.
Si se cultiva año tras año la misma familia en una misma maceta o parada se corre el riesgo de promover enfermedades. En cambio, la rotación a cuatro años –de ahí que se necesiten cuatro macetas o cuatro paradas- asegura una producción sana y abundante.
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