Por estas razones es muy positivo hacer yoga con tus hijos

Practicar yoga con tus hijos puede ser muy divertido, además de saludable. Disfruta con ellos de tus asanas favoritas, mientras creáis entre vosotros un vínculo único e irrompible.

Por Cristina Soria

Si practicas yoga con asiduidad ya sabes que, más que un deporte, es un estilo de vida que seguramente te encanta compartir con otras personas porque, sin duda, es más divertido hacer yoga en buena compañía. Y eso también incluye a tus hijos, a los que puedes iniciar desde pequeños en la práctica de esta disciplina milenaria, para que sus beneficios alcancen a toda tu familia.

Crea lazos de confianza entre los miembros de la familia

Cuando practicamos yoga estamos realizando un ejercicio que nos permite entrar en conexión con nosotros mismos, pero también con aquellas personas que nos ayudan a llevarlo a cabo. El yoga en familia implica interacción entre todos sus miembros, y para llevarla a cabo es necesaria mucha comunicación y confianza entre vosotros, especialmente al realizar las posturas. 

Para tus hijos, tú serás su guía en este camino (y en otros tantos en la vida), y de tu mano sentirá que es capaz de conocerse mejor, a la vez que establece contigo un nuevo lazo emocional, fuerte e irrompible. La palabra yoga significa unión, que es lo que los niños van a sentir consigo mismos y contigo.

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Les ayuda a gestionar las emociones

El autoconocimiento al que conduce la práctica habitual de yoga, unido al estado de relajación que se alcanza, ayuda tanto a niños como a mayores a realizar una buena gestión de las emociones. El nivel de introspección al que se llega es un impulso para estar seguros con nosotros mismos y con una mayor confianza para detectar cómo nos sentimos en cada momento. De esta manera, será más fácil para tus hijos identificar y gestionar diferentes emociones, ya sean felicidad, tristeza, enfado, ira o miedo.

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Además, el estado de paz interior que se alcanza con la práctica del yoga no termina ahí, y nos acompaña en otros momentos posteriores, evitando que nos afecten las dificultades del día a día. Y eso lo notas tanto tú como tus hijos.

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El yoga supone un ejercicio físico

Gracias al yoga, podéis ejercitaros físicamente toda la familia de una manera saludable. Su práctica ayuda a los niños a desarrollar el equilibrio, la flexibilidad y la coordinación. Este equilibrio físico, por otro lado, se ve también reflejado en su equilibrio mental (y emocional, como decíamos antes).

Se trata de una disciplina que les ayuda a tener una buena conciencia corporal, que se traduce en una buena postura, cuidando la alineación de las distintas partes del cuerpo. 
El yoga mejora, además, la circulación sanguínea, cuidando de su salud y haciendo que su cuerpo funcione correctamente y lleno de energía.

Aumenta su concentración y su espiritualidad

Uno de los mayores beneficios del yoga es que nos hace vivir el momento presente, el aquí y el ahora, algo muy difícil de conseguir con el ajetreo diario del ritmo de vida actual. Darles a tus hijos la oportunidad de, desde pequeños, ser capaces de organizar su propio caos interno y disfrutar del presente, es un gran regalo que les haces.

Por otro lado, el desarrollo de la concentración, que nos lleva a conectar con nosotros mismos, supone un crecimiento espiritual que nos permite conectar mejor con el mundo que nos rodea, con otras personas, con la naturaleza… y tus hijos lo harán con alegría y creatividad, encontrando lo mejor que hay dentro de ellos.

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