La función de la memoria es permitir al cerebro codificar, almacenar y recuperar la información del pasado. Nos permite recordar cosas que nos han sucedido, que hemos leído, visto o pensado, hace que podamos planificar el futuro, aprender y tomar conciencia de nosotros mismos y, con ella, aprendemos. La memoria lo es casi todo ya que sin ella no existe pasado, pero tampoco futuro y el presente es muy limitado.
La memoria no ocupa un lugar físico en el cerebro, sino que nuestros recuerdos y todo lo que aprendemos se almacena en las redes neuronales, repartidas en diversas áreas cerebrales.
Debido a que es tan importante, debemos hacer todo lo posible para no perderla, acudir al médico si nos preocupan los despistes y, sobre todo, no olvidar que la memoria también debe ejercitarse. Hablamos con Pedro López, director de Liceum, Gimnasios de la Mente, para que nos explique qué podemos hacer para entrenar nuestra memoria.
La memoria puede verse afectada de forma transitoria (es muy común en episodios de estrés, por ejemplo) o de forma progresiva fruto del deterioro cognitivo. Es una capacidad que depende del uso que hagamos de ella. Una vida rutinaria, sin estímulos cognitivos, sin un descanso adecuado y repleta de actividades repetitivas contribuye a empeorar la calidad de nuestra memoria. Lo positivo es que se puede recuperar con entrenamiento, hábitos saludables y actividades estimulantes
¿Cuáles son los síntomas preocupantes?
Todos sufrimos despistes y olvidos. No debemos entrar en pánico. Los síntomas preocupantes llegan en el momento en que esas pérdidas de memoria son constantes, cuando continuamente olvidamos cosas que no recordamos después de un tiempo, si afectan a varias capacidades como el cálculo o el lenguaje y si van a acompañados de otros episodios como desorientación o cambios de humor repentinos. Si llevamos una vida sana y se repiten esos síntomas, debemos acudir a un especialista.
Es importante entrenar la mente para poder fortalecer y desarrollar las habilidades cognitivas. Además, es muy positivo para poder controlar y reducir el estrés. Es una forma de mantener nuestra mente activa desarrollando diferentes capacidades como la creatividad, las inteligencias múltiples en los más pequeños y jóvenes, y la capacidad de concentración y relajación en los más adultos. De esta forma afrontamos con más positividad nuestros retos diarios y conseguimos mantener el cerebro sano. Un cerebro fuerte y estimulado, por otra parte, es la mejor garantía para poder hacer frente a algunas enfermedades neurodegenerativas que pueden aparecer en la edad adulta.
¿Qué es, exactamente, un ‘gimnasio para la mente’?
Un gimnasio de la mente sirve para mantener en forma nuestro cerebro. Esto significa que podemos entrenar la agilidad mental y fortalecer las conexiones cerebrales para poder potenciar las capacidades de nuestro cerebro. Esto no significa que vayamos a evitar o curar enfermedades degenerativas, sino que podemos estabilizarlas e, incluso, retrasar sus efectos en el tiempo. Asimismo, podemos encontrar diferentes actividades para mejorar las habilidades mentales de cada uno como el lenguaje y la expresión, las matemáticas, el ajedrez… Diferentes actividades que se adaptan a las necesidades de cada uno.
A cualquiera que quiera o necesite estimular y fortalecer más el cerebro. Como he comentado anteriormente, existen diferentes tipos de actividades que se adaptan a los distintos grupos de edades: niñas y niños, adultos y jóvenes y mayores y adultos; y a las diferentes necesidades de cada uno.
¿A partir de qué edad?
Todas las edades son buenas para un gimnasio de la mente como el nuestro. Se trata de un espacio intergeneracional: desde los pequeños a los mayores encontrarán actividades adaptadas a sus necesidades y las más adecuadas para entrenar su cerebro en función de lo que necesiten.
En función de lo que cada uno quiera ejercitar existen diferentes tipos de actividades. El ajedrez es perfecto para frenar el deterioro cognitivo; el teatro y arte dramático para la mejora de la expresión verbal y corporal y la creatividad, entre otras. El yoga, la relajación y la meditación son perfectos para el control de la ansiedad, nervios y el estrés, así como para la concentración.
Para los más pequeños contamos con juegos inteligentes como el cubo de Rubik, Backgammon, Córtex, Mastermind que fomentan una estimulación del cerebro de forma lúdica y emocionante. Mediante el taller de las inteligencias múltiples, las matemáticas recreativas y la escritura creativa se consigue un desarrollo pedagógico muy positivo estimulando las diferentes áreas del cerebro.
Entonces, ¿se puede mejorar la memoria?
Sí se puede mejorar la memoria si no hablamos de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer. En el caso del alzhéimer, podemos retrasar sus efectos y mantenerlos, pero no erradicarlo.
Existe una actividad llamada academia de memoria en donde se trabaja la estimulación del cerebro fortaleciendo las diferentes áreas cognitivas mediante la ejercitación de la atención, la memoria, el lenguaje, la planificación, flexibilidad mental, y el cálculo entre otras. Investigaciones científicas han demostrado que la estimulación de estas funciones ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y a conservar nuestro cerebro para que funcione de forma más eficaz a lo largo del tiempo.
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