El futuro de los coches ecológicos no será la electricidad
Un proyecto revolucionario, promovido por una conocida marca de coches española, propone un nuevo tipo de combustible basado en basura orgánica
La industria automovilística es, posiblmente, uno de los sectores que más recursos está dedicando a la investigación de combustibles menos contaminantes y más respetuosos con el medio ambiente. En ello, sin duda, les va su propio futuro y, por ende, el nuestro y el de nuestro planeta. De este modo, las propuestas de gobiernos y fabricantes para convertir los coches en vehículos más sostenibles cobran una gran importancia, tanto a nivel económico como político.
En la actualidad, la venta de automóviles eléctricos está creciendo de manera exponencial debido a la importante concienciación que existe acerca de la reducción de las emisiones contaminantes de utilitarios y otros medios de transporte. Sin embargo, y gracias a la importante inversión en investigación que se está realizando alrededor del mundo, la electricidad ya no es la única alternativa al petróleo como combustible. Con el paso de los años, están floreciendo interesantes opciones para hacer funcionar los automóviles que, además, nacen de materiales reciclados.
Es el caso del proyecto 'Life Methamorphosis', puesto en marcha por Seat y que pretende generar un combustible a base de biometano. Una ambiciosa propuesta que consigue poner en marcha vehículos propulsados por gas, a partir de residuos orgánicos. Toda la cadena de este ensayo comienza por el trascendental paso del reciclaje. Como ha hecho pública la propia compañía, cada habitante de Barcelona genera 1’5 kilos de basura al día, lo que supone 2,5 millones de kilos diarios de residuos al día de los que solo se recicla un 40 %. Como afirma Andrew Sheperd, ingeniero a cargo del ambicioso proyecto, la basura procedente de los contenedores de residuos orgánicos y lo rescatable de los contenedores grises (basura doméstica) se podrían convertir en biometano para asistir a más de 10.000 coches.
Tras la fase de reciclado y selección de los desechos, estos se introducen en unos tanques digestores que eliminan el oxígeno del interior con el fin de lograr que la basura se descomponga y genere los gases necesarios para continuar el proceso. Transcurridos 30 días, aparece el biogás de metano. La base con la que se conseguirá el nuevo combustible.
Antes debe atravesar la etapa de refinamiento y compresión. Este descubrimiento, todavía en fase de desarrollo, ha sido probado en varios vehículos con resultados muy satisfactorios. Según su creador, de convertirse en una realidad comercial, se podría conseguir en cualquier gasolinera dado que tiene la misma composición que el GNC (Gas Natural Comprimido). La revolucionaria propuesta conseguiría no solo aportar su importante grano de arena a la ecología sino también a la economía circular, y la reducción de residuos y gases de efecto invernadero. Una atractiva alternativa con tres vías de actuación en pro de un futuro más sostenible.