El síndrome del comedor nocturno es el que te hace visitar la nevera a media noche

Los atracones nocturnos, irrefrenables y continuos, responden a un trastorno alimentario que puede tener serias consecuencias para nuestra salud.

por Cristina Soria

Es normal que esto te haya pasado alguna vez: estás en la cama intentando conciliar el sueño, pero tu estómago te reclama comida y te impide dormir. Entonces te levantas de la cama y, en lugar de tomar algo ligero, como un vaso de leche, que te permita calmar el gusanillo y dormir, lo que haces es comer aquellos alimentos rebosantes de calorías que encuentras a tu paso. Cuando se trata de un hecho aislado, no pasa de ser una anécdota. Pero para muchas personas se trata de una constante en su vida que supone un riesgo para su salud y bienestar.

El llamado síndrome del comedor nocturno es uno de los trastornos de conducta alimentaria más habituales, aunque no se hable de él tanto como de la anorexia o la bulimia. Aún así, el patrón de comportamiento es bastante reconocible, ya que las personas que lo padecen comen muy poco durante el día, pero al llegar la noche ingieren una gran cantidad de alimentos, con todas las consecuencias que esto tiene, tanto físicas como emocionales.

Los atracones nocturnos que se realizan cuando se padece el síndrome del comedor nocturno se caracterizan porque en ellos se come más de lo esperable, incluso cuando se ha dejado de tener hambre, ya que se pierde el control sobre la ingesta. Además, esta suele hacerse a más velocidad de lo que es normal, y después, irremediablemente, la persona se siente culpable y a disgusto consigo misma. Para compensarlo, por la mañana no suele comer, y así pasan las horas hasta que llega la noche y se desata el hambre incontrolada de nuevo.

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Por qué se produce y cuáles son sus consecuencias

Este trastorno no está tan estudiado como otros, por lo que determinar sus causas no resulta del todo fácil. Aún así, los expertos apuntan a alteraciones del sistema neuroendocrino, que intervienen en la regulación de determinadas funciones tanto metabólicas como psicológicas. Estas alteraciones tienen que ver con el cortisol, la melatonina o la leptina, y pueden causar problemas de tipo psicológico como el estrés o la depresión. Este tipo de trastornos son, en muchas ocasiones, los causantes de una ansiedad que nos lleva a ingerir alimentos de forma descontrolada para obtener la sensación de calma y recompensa que nos produce comer.

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El síndrome del comedor nocturno afecta por igual a hombres y mujeres, y se trata de personas que suelen presentar problemas para controlar adecuadamente sus emociones, lo que les ocasiona, además del estrés y la ansiedad que hemos mencionado, problemas de insomnio y baja autoestima. La culpa y el malestar que produce en quien lo padece puede repercutir incluso en sus relaciones con otras personas.

Pero, además de estas consecuencias de tipo psicológico, el síndrome del comedor nocturno puede ser la causa de patologías de tipo metabólico, como la diabetes, el aumento de los niveles de colesterol en sangre y obesidad.

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Cómo se puede tratar

Cuando se padece el síndrome del comedor nocturno no hay que dejarlo pasar. Por eso es importante hacerle frente desde dos aspectos fundamentales, que son los que están alterados: el nutricional y el psicológico.

Por un lado es importante pautar una dieta que cubra las necesidades nutricionales a lo largo del día, para no ocasionar desequilibrios metabólicos y para impedir que al llegar la noche se produzcan episodios de hambre descontrolada.

Por el otro lado, es imprescindible contar con ayuda psicológica para entender qué nos lleva a comportarnos así, y tratar los problemas de ansiedad que pueden estar tanto en la causa como en la consecuencia del trastorno.

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