Estamos en una época de cambios de clima constantes. Los meses que preceden al verano se caracterizan por los bailes de temperaturas, con días lluviosos cargados de presión atmosférica que se combinan con otros en los que brilla el sol. A veces todo ocurre en un mismo día, y eso, inevitablemente, afecta a nuestro estado de ánimo.
No te extrañes si notas como tu estado de ánimo sufre altibajos, si te notas más sensible, de peor humor, e incluso te duele la cabeza sin que encuentres una explicación aparente para ello. Además de cualquier otro motivo que puedas tener, es muy posible que los cambios metereológicos le estén jugando una mala pasada a tu estado anímico y físico.
¿Por qué nos afectan los cambios de tiempo?
La atmósfera no es solo una capa de aire que rodea al planeta, también nos rodea a nosotros directamente, y lo que ocurre con ella nos afecta de manera evidente. No hace falta irse a los casos más evidentes en los que nuestro cuerpo reacciona con fuerza, como ocurre con el mal de altura o con el efecto Föhn causado por los fuertes vientos.
Si bien es cierto que la primavera parece llena de ventajas con respecto al otro gran cambio estacional que se produce en otoño, la realidad es que las alergias y la astenia pueden afectar a nuestro humos y hacernos sentir más cansados.
Los dolores en las articulaciones y huesos, asociados a los cambios de humedad, y las recurrentes migrañas ligadas a la presión atmosférica, pueden causarnos un serio desgaste anímico. El calor repentino tampoco es la solución, porque puede favorecer la deshidratación o incluso desmayos y golpes de calor si se produce muy bruscamente.
Seguramente notes que tu sensibilidad a estos cambios aumenta con el paso de los años. Pero, del mismo modo, también aumenta tu capacidad de previsión y respuesta para hacerles frente.
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Hay formas de mejorar el estado de ánimo
Aunque en determinados momentos parezca que no podemos hacerle frente a la situación, lo cierto es que si conocemos las causas, y estas están relacionadas con el clima, podemos hacerles frente.
En primer lugar, a pesar de las variaciones constantes de temperatura, lo cierto es que los fríos del invierno han quedado atrás y es el momento de salir a disfrutar del aire libre. Sí, incluso los días que llueve. Respira el cambio de estación, recupera tus prendas más ligeras y de colores más primaverales y llénate del aire fresco que inunda las calles. Si llueve, podrás respirar mejor y olvidarte en cierta manera de la alergia de esta época. Y si brilla el sol, déjate seducir por sus rayos y regálate una buena dosis diaria de vitamina D.
Al igual que ocurre en otoño, esta época es perfecta para disfrutar de un paseo por el campo. Reserva un día para de la semana para llenarte de energía mientras te rodeas de la naturaleza que tengas más a tu alcance.
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Independientemente de que estés pensando en la hora de lucir palmito en la playa o la piscina, el deporte es tu mejor amigo en estos momentos. Con solo media hora al día ya notarás cómo mejora tu estado de ánimo, tu cuerpo se oxigena, y te aseguras un mejor descanso cuando llegue la hora de dormir, con el cuerpo más relajado y libre de algunas molestias.
Mantén el orden en tu vida y en tu casa. Las rutinas diarias nos dan estabilidad, y rodearnos de un ambiente despejado y ordenado mantiene nuestra mente tranquila, evitando que aumenten los momentos de irritabilidad.
Cuida tu alimentación, es una baza indispensable para sentirte bien. Deja que las nuevas frutas de temporada invadan tu cesta de la compra, y evita los alimentos ultraprocesados y los azúcares añadidos, que solo conseguirán que te sientas más cansada y de peor humor.
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