Afrontar las nuevas relaciones tras una ruptura

Vivir en pareja hace que nos olvidemos de cuestiones que siendo soltera son continuas: el interés por conocer a otras personas, el flirteo, la diversión sin dar explicaciones y la posibilidad de gustar a cualquiera en cualquier momento. Sin embargo, todo esto que podría ser divertido, puede causarnos dudas, ansiedad y temor, pues afrontar la vida tras una ruptura es un proceso resiliente.

Por Cristina Soria

Volver a ser soltera cuando has pasado mucho tiempo viviendo en pareja significa un cambio abrupto de tus ritmos y costumbres. Porque poco a poco fuiste adaptando tu forma de ser y de vivir a la convivencia y, llegado este momento de ruptura, que nunca es agradable, te ves inmersa en un bombardeo de cambios que te suponen liberación e intranquilidad a partes iguales.

Hay algo de emocionante en volver a ser quien eras antes de emparejarse, pero el bagaje de una relación impide que veas las cosas con la misma inocencia. Tras la ruptura, es muy probable que tu paciencia se colme antes y que no estés dispuesta a esperar ni a aguantar según qué actitudes. Si haces un repaso mental, hay ciertas cuestiones que antes te parecían adorables en un pretendiente, que ahora ni entrarías a valorar o que directamente rechazarías.

Convivir con una pareja durante largo tiempo y afrontar una ruptura es un viaje que, como toda travesía, te hace madurar y varía tu percepción del mundo. Y cuando vuelves a estar soltera te sientes despojada de muchas costumbres y apoyos, pero también liberada, pues emprendes un camino apasionante en el que podrás poner en práctica todo lo que has aprendido en pareja este tiempo.

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Las cosas han cambiado en el planeta Tierra

Durante el tiempo que estuviste en pareja miraste con mera curiosidad cómo cambiaban las cosas. Puede que nunca hayas utilizado Tinder u otras herramientas digitales para conocer gente, y ahora que vuelves a interesarte por abrir tu círculo social descubres que aquello de lo que tanto habías oído hablar puede ser la alternativa para empezar a relacionarte con nuevas personas.

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Sin embargo, no corras. Ten en cuenta que aunque sientas muy a menudo que has estado viviendo en Marte y que, ahora que eres soltera de nuevo, parece que has regresado a un planeta Tierra que ha cambiado mucho, la gente sigue conociéndose como siempre. Tinder ha ganado terreno, pero siguen existiendo lugares infalibles para entablar una buena conversación. 

Las amigas siguen teniendo contactos de personas que podrían encajar contigo, siguen existiendo personas agradables y con ganas de abrirse en todos los lugares que recuerdas, el mundo sigue siendo presencial y la tecnología solo ha venido a sumar y a ponerlo un poco más fácil.

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Lo más importante es tu estado anímico

Ahora la faceta que más apoyo necesita es tu autoestima, pues la inseguridad puede hacer mella en ti a la hora de entablar nuevas relaciones con personas a las que aún no conoces. No sólo compararás a todos los demás con lo que tenías, sino que por un lado añorarás la sensación de control que mantenías junto a alguien ya conocido, y a la vez sentirás que tus defectos se acrecientan y tus puntos fuertes parecen superfluos. Todo ello, una vez más, tiene más que ver con un sentimiento de inseguridad y de añoranza de lo que nos es familiar, que con una apreciación objetiva.

Estar soltera es una situación que necesita aprenderse, porque nacemos solteras, pero cuando mantenemos una relación larga se nos olvidan las cuestiones clave. Y además estábamos construyendo una personalidad común, de la pareja, que cuando termina nos puede hacer sentir vulnerables y dubitativas. Para aprender a estar sola, olvida todo lo aprendido, no compares lo que vives ahora con lo que tenías, disfruta de todo lo bueno, y ante los momentos de vacío recuerda: lo bueno siempre está por llegar.

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