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Los minerales son indispensables en nuestra dieta. Se trata de elementos naturales no orgánicos que conforman el 5% del peso corporal de nuestro organismo y su importancia es tal que son los responsables de, entre otras tareas, la regulación del ritmo cardíaco, la formación de los huesos y la producción de hormonas. Son por tanto tan primordiales como las vitaminas y su introducción en nuestra dieta es básicamente esencial para el mantenimiento de un perfecto estado de salud. Uno de los motivos por los que la inclusión de los minerales en nuestra alimentación es vital es debido a que, por naturaleza, el cuerpo humano suele ser deficitario en estos elementos y la ingesta de productos que los posean proporciona los niveles necesarios para la salubridad del mismo.
Frutos secos: Además de aportar al organismo una gran dosis de energía debido a su alto contenido en hidratos de carbono, los frutos secos son una importante fuente de minerales. Contienen potasio, magnesio, calcio y fósforo que generan un efecto antioxidante en nuestro cuerpo.
Legumbres: Son uno de los productos base de la dieta mediterránea ya que contienen un alto porcentaje de nutrientes y un bajo nivel de grasa. Las legumbres además poseen un alto contenido en fibra que ayuda a regular el proceso de digestión y el tránsito intestinal. En lo referente a los minerales, las legumbres son muy ricas en estos elementos. El calcio, hierro, magnesio y el zinc.
Verduras de hoja verde: El mito de las espinacas como fuente de hierro que un día enseñó Popeye a los más pequeños de la casa es una realidad, según recientes estudios científicos. Las verduras de hoja verde (oscura) son una fuente de sodio, hierro y magnesio. Tres de los minerales más importantes para mantener en forma nuestro organismo.
Pescados y marisco: Son esenciales en el aporte diario de minerales a nuestra dieta. En ellos encontramos importantes niveles de manganeso, fósforo, selenio, zinc y cobre. Tanto fresco como enlatado los productos del mar confieren una dosis importante de estos elementos además de ser bajos en calorías y ricos en proteínas.
Cereales: Se puede considerar que los cereales son un pilar en la pirámide alimenticia. Se trata de los alimentos más completos a nivel nutricional y, además de aportar gran cantidad de hidratos de carbono, los cereales son ricos en proteínas y vitaminas de tipo B. Aunque no aportan gran variedad de minerales, el fósforo y el potasio se encuentran en un importante nivel dentro de su composición
Lácteos: Dentro de la leche y sus productos derivados, los minerales juegan una labor fundamental. Solo en los productos lácteos se pueden obtener entre el 65 y el 75 % de la cantidad de minerales necesaria para el organismo. El potasio, el magnesio, el zinc y el fósforo son los más importantes que se encuentran dentro de la leche y los productos procedentes de la misma.
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