"La Visualización lo es todo, es una visión preliminar de lo que sucederá en tu vida". Estas palabras pertenecen al científico Albert Einstein y es que, ciertamente, hablar de visualizaciones no es hablar de ciencia ficción ni poderes sobrenaturales que escapan a nuestro raciocinio. Es proyección, es energía, es creatividad al servicio de nuestros objetivos personales y profesionales. El coaching ha adaptado está técnica terapéutica al proceso de desarrollo interno, convirtiéndola en una potente herramienta para trabajar por conseguir qué queremos ser, ayudándonos a definir nuestras metas y librarnos de nuestros frenos.
¿Qué es la visualización creativa?
Shakti Gawain, pionera en este movimiento, define la visualización creativa como "la técnica de utilizar la propia imaginación para crear lo que se desea en la vida (…) que consiste en usar la imaginería mental y las afirmaciones para producir cambios positivos". Por creencias aprendidas, la visualización es algo que seguramente hayas utilizado de manera inconsciente de forma habitual, cada vez que te detienes a pensar en los problemas o dificultades que acompañan una situación concreta. Lo interesante es librarse de esas 'cadenas' mentales negativas y centrarse en lo que sí, en vez de en lo que no; utilizar la técnica para imaginar lo que realmente deseamos y no los obstáculos que se colocan entre nosotros y nuestros propios deseos.
El poder de la visualización
La visualización es un método utilizado con mucho éxito en los campos de la salud, la educación, los negocios, los deportes y las artes, tal y como asegura Shakti, pero también en el desarrollo personal. Recientemente hablábamos con la experta en coaching Nuria Fernández a propósito de las creencias limitantes y, precisamente, incluía la visualización como una herramienta fundamental para dejar atrás aquellos conceptos aprendidos que nos frenan en la vida y poder construir unos nuevos mucho más saludables.
Lo primero sería identificar un deseo, una meta, un reto (una nueva casa, una relación sentimental, éxito en una reunión próxima…) para, a continuación, hacerse una idea/imagen clara de ese objetivo y poder verse en él como si fuera presente (cómo son los detalles, cómo te mueves en ese presente…). No basta con visualizar una vez y esperar a que se cumpla, debes hacerlo a menudo, construyendo cada vez más y más detalles, verte en él como si fuera real. A la vez, transmitir energía positiva y cultivar el sentimiento de que es posible. Y, por supuesto, no quedarte en la imaginación sino pasar a la acción, poniendo en práctica gestos que te acerquen a ese objetivo deseado.
Cómo realizar una visualización creativa
Acomódate, sentada o tumbada, en un lugar silencioso. Es importante que estés relajada por lo que puedes servirte de técnicas como recorrer tu cuerpo, desde los dedos de los pies hasta la cabeza, aliviando la tensión de cada uno de los músculos. Una vez alcances la relajación, empieza a imaginar lo que deseas, visualízalo tal y como te gustaría que fuese. Dedica el tiempo que te apetezca y disfruta mientas ves ese presente con todos sus detalles.
Leer: Alta autoestima vs. narcisismo ¿dónde está el límite?
Con la idea en la cabeza, es importante acabar con una afirmación, parte importante dentro del proceso ya que ayuda a consolidarlo y a alejarse del pensamiento negativo. Las afirmaciones permiten sustituir ideas caducadas por otras más positivas y repercuten directamente en nuestras actitudes y comportamientos. 'Soy capaz de conseguir lo que me proponga', 'cada día, en todo lo que hago, soy mejor y mejor' o 'me encuentro centrada y tengo tiempo para todo', son algunos ejemplos de afirmaciones con las que cerrar una visualización creativa.