Qué es la leucemia crónica que sufre Joaquín Caparrós
El entrenador del Sevilla sufre un tipo de cáncer de la sangre que tiene buen pronóstico. Te explicamos en qué consiste y si es necesario tratamiento
Hemos sabido que Joaquín Caparrós, el entrenador del Sevilla, sufre leucemia crónica. Para averiguar qué es exactamente esta enfermedad y si puede suponer un deterioro de su salud, hablamos con el doctor Adolfo de la Fuente, del Servicio de Hematología de MD Anderson Cancer Center Madrid.
La leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que comienza en la médula ósea, el tejido blando que se encuentra en los huesos y donde se forman las células sanguíneas. Hay distintos tipos de leucemia: la aguda (progresa rápidamente) y crónica (lo hace de forma más lenta). Esta última, que es la que el entrenador Joaquín Caparrós ha señalado que tiene, también se divide en varias: leucemia mieloide y linfocítica. Es importante distinguirlas puesto que “las células que se han convertido en un cáncer son de una ‘estirpe’ diferente, y ello significa que el tratamiento también lo será”, según nos explica el doctor Adolfo de la Fuente.
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Leucemia mieloide (LMC)
Esta enfermedad surge por un intercambio de ADN entre los cromosomas 9 y 22 (traslocacion) resultando un cromosoma 22 anormal denominado Filadelfia. Este origen genético ha permitido que se hayan desarrollado medicamentos dirigidos a esa alteración y, de esta manera, controlar la enfermedad. Se trata de los inhibidores de la tirosina quinasa (TKIs), fármacos de administración oral que deben tomarse de forma crónica.
Aunque no se cura, igual que ocurre con otro tipo de dolencias crónicas como, por ejemplo, una diabetes, este tipo de leucemia crónica correctamente tratada interferirá poco en la vida de la persona, que puede seguir con su día a día con normalidad”, señala el hematólogo.
Leucemia linfocítica crónica (LLC)
Se trata de un tipo de leucemia crónica cuyo origen se encuentra en los linfocitos. "En nuestro entorno es frecuente que se diagnostique de forma casual, puesto que los pacientes suelen estar asintomáticos, y que no precise ningún tratamiento en el momento inicial", indica el doctor.
“Esto es algo que resulta muy difícil de comprender, por lo que es muy importante explicar bien al paciente por qué no se va administrar, al inicio de la enfermedad, ningún tipo de terapia, así como asegurarle que esto no va a provocar una peor evolución de la patología”, advierte el doctor de la Fuente. De hecho, el experto insiste en que medicar antes no supone ninguna ventaja, sino todo lo contrario. Eso sí, al paciente se le someterá a una estricta vigilancia. “Cada cierto tiempo, tres meses, generalmente, se realizará un análisis de sangre y, si se considera necesario, se tomará una muestra de la médula ósea para analizar los marcadores pronóstico para podernos hacer una idea de cómo se va a comportar la enfermedad”, explica.
Cuando haya daños, la primera línea de tratamiento suele consistir en inmunoquimioterapia, es decir, un anticuerpo monoclonal más quimioterapia. "Aunque en los últimos años también se están administrando inhibidores de la tirosina quinasa de Bruton (BTK), fármacos distintos a los que se usan para la leucemia mieloide crónica", indica.
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Síntomas de una leucemia
Los síntomas de la leucemia son muy inespecíficos, pero sí puede haber señales de alerta. Debido a que la médula tiene dificultad para producir glóbulos rojos, plaquetas, puede aparecer anemia y, por lo tanto, cansancio; así como mayor predisposición a sufrir sangrados, por ejemplo, de encías, a causa de las plaquetas bajas. También se puede manifestar con una mayor propensión a las infecciones y a tener los ganglios inflamados. En algunos casos, los pacientes pueden tener febrícula, sobre todo, por la tarde.
Pronóstico
El pronóstico de este tipo de leucemias suele ser bueno y el paciente puede hacer una vida normal. De hecho, “con frecuencia, esta enfermedad no supone una esperanza de vida menor al resto de la población”, concluye el doctor Alfonso de la Fuente.
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