Además de que los alimentos que compramos sean saludables, la segunda variable que más nos interesa cuando hacemos la compra es conocer cuál es la caducidad de los productos que llevamos a casa. Hay algunos alimentos que, pese a que se marcan con una fecha de consumo preferente, no caducan jamás.
La miel
Cuando lo que tenemos frente a nosotras es un bote de auténtica miel de abeja, no se trata de un alimento convencional, sino de un superviviente eterno, porque puede ser consumida sin ningún problema aunque pasen los años. Aunque con el paso del tiempo tenderá a cambiar de color, se podrá cristalizar y coger una textura más compacta, en ningún momento será peligrosa para su consumo y mantendrá sus propiedades casi como el primer día.
La razón principal para que la miel aguante tanto tiempo es que tiene muy poco contenido de agua, que es el principal elemento que produce la oxidación y que acelera las caducidades. Además, su principal nutriente es el azúcar, que ya de por sí no caduca y que actúa como sustancia “selladora”, no permitiendo el paso de bacterias. Por esta razón, los microorganismos que accedan a la miel no conseguirán sobrevivir, porque necesitan humedad y cierto nivel agua de los que la miel carece.
Además, la auténtica miel de abeja es un producto muy ácido, con un pH de entre 3 y 4,5, lo que resulta abrasivo para la vida de los microorganismos responsables de los procesos de putrefacción.
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El arroz, la pasta y las legumbres
La composición de la pasta es básicamente sémola o harina de trigo duro. Al tratarse de un producto seco, la probabilidad de que crezcan y desarrollen en su interior bacterias y otros microorganismos es muy remota. Se recomienda guardarla siempre en recipientes herméticos, para que la pasta no absorba humedad ni olores. Es cierto que la pasta seca tiene una fecha de caducidad, pero realmente se trata de una indicación para su consumo preferente. Las probabilidades de enfermar a causa de utilizar pasta son muy remotas, y tienen más que ver por no haberse conservado correctamente unas condiciones óptimas de almacenamiento que por el propio paso del tiempo
Cualquier tipo de arroz no integral se mantiene en el tiempo sin ningún problema y no varía su sabor ni su textura. Aun así, como en el caso de la pasta, es muy importante que el recipiente en el que se conserve se mantenga hermético para evitar que el aire y la humedad puedan contaminarlo. En el caso del integral, no podemos confiarnos y cocinar con él cuando ha pasado mucho tiempo y la fecha de consumo preferente ha vencido, porque al no haber sido refinado conserva cierta cantidad de aceite, que con el paso del tiempo coge cierto sabor rancio.
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A las legumbres se las considera superalimentos de la dieta mediterránea porque siempre están ahí cuando se les necesita. A nivel nutricional son muy potentes y son perfectas para una dieta equilibrada y saludable, pero además se trata de un alimento que no caduca nunca, ni pierden valores nutricionales con el paso del tiempo. Aunque, si han envejecido mucho es probable que debas esperar más al cocerlas, pues estarán algo endurecidas.
Alcohol de alta graduación
Las bebidas alcohólicas de alta graduación no se echan a perder con el tiempo, y es por ello que no llevan fecha de caducidad. Salvo una excepción, los licores de crema, que por su composición contienen leche y otros elementos que por sí solos aceleran notablemente el proceso de caducidad.
Una vez abierto, el sabor del alcohol podrá variar en función de cuánto líquido quede en la botella, pues cada vez hay más oxígeno dentro. Cuando se ha superado la mitad de su contenido puede que este proceso de caducidad avance a mayor velocidad, pues el oxígeno que se mantiene dentro de la botella es cada vez mayor y eso hace que el alcohol inicie un proceso de oxidación.
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