¿Sabías que el cerebro de las personas que practican artes marciales es diferente? Así lo aseguran los estudios. Al parecer, ejercicios como el karate pueden modificar áreas del cerebro, lo que ayuda a quienes lo practican a concentrarse más, e, incluso, a proyectar mejor su fuerza. Aunque esta no sea nuestra intención, sí puede serlo alcanzar una mayor serenidad. Por ello, los expertos recomiendan practicar ejercicios como el tai chi, otra modalidad de arte marcial, más relajada y que está considerada como una forma de meditación en movimiento. Te lo explicamos.
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Los beneficios de las artes marciales
Nadie duda de los grandes beneficios que aporta la práctica del ejercicio a nivel físico. De hecho, lo contrario, es decir, el sedentarismo, puede llegar a ser peor que fumar. Lo que quizá no todos sabemos es que hay distintos tipos de deporte para conseguir el objetivo que nos proponemos.
Si queremos perder peso, debemos combinar ejercicios aeróbicos y de fuerza (correr, por ejemplo, y pesas). Pero si nuestra meta es obtener beneficios a nivel mental, como mejorar la concentración o reducir el nivel de ansiedad, deberemos recurrir a otro tipo de actividades. Es más, los estudios ya han demostrado que nadar, montar en bici o el running aumenta la esperanza de vida, mientras que técnicas como el yoga nos aportan mayor estabilidad emocional.
Pero hay un conjunto de ejercicios que van aún más allá y que, además de mejorar nuestra condición física y mental, cambian nuestro cerebro y a mejor. Es el caso de las artes marciales.
Según una investigación realizada por científicos londinenses, las personas que practican técnicas como el kárate tienen mayor capacidad para coordinar sus movimientos y pueden golpear incluso con mayor fuerza que otros individuos que entrenan a diario en otros deportes por un ajuste fino de las conexiones neuronales que hace que sean mucho más hábiles a la hora de coordinar sus brazos y su tronco.
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Los mismos beneficios pero a nivel interno
En los últimos años, las artes marciales externas, como el karate, se especializaron a nivel competitivo. Mientras otras internas, como el tai chi, se decantaron hacia el bienestar y la mejora de la salud.
“Las técnicas marciales tradicionales buscan la concentración para lograr la máxima efectividad en el uso de la fuerza y la precisión de los movimientos. Sin embargo, dentro de éstas hay otras técnicas, como el tai chi, que buscan los mismos beneficios pero a nivel interno”, explica Marcelo Boveri, instructor de tai chi en Bhavana Yoga (Madrid). Así, en vez de repetir un movimiento para conseguir la mayor precisión, se realiza un ejercicio de atención plena, para reconocer todo lo que sucede dentro de nosotros mismos y, cuando se es plenamente consciente, se dirige a voluntad la energía y la fuerza a través del cuerpo.
El tai chi es una herramienta muy efectiva para reducir la ansiedad. “En estos casos, puede llegar a resultar más efectivo que el yoga y la meditación”. Y es que, para las personas muy ansiosas la quietud puede significar un problema, aunque estén realizando técnicas para relajarse. "En este tipo de arte marcial el ejercicio de autoconciencia se realiza a través del movimiento, lo que ayuda a las mentes más ansiosas a que se concentren y se relajen lo que, finalmente, redundará en un mayor control del estrés”, añade el experto.
Apto para (casi) todos
A diferencia del yoga, el tai chi es un ejercicio más inclusivo. Sin embargo, no es apto para todos. “Para aquellas personas que padezcan enfermedades neurológicas o dolencias articulares intensas, el estar de pie todo el tiempo, y en equilibrio, puede ser contraproducente. Sin embargo, si no se padece ninguna enfermedad de este tipo sí es apto para todos”, concluye el instructor Marcelo Boveri.