Una de las afecciones más comunes del aparato digestivo a nivel mundial es la gastroenteritis, y es que no hay forma de librarse de padecerla de vez en cuando, por mucho que nos pese. Se trata de una enfermedad que causa una inflamación en el estómago y en el intestino delgado.
Los principales síntomas, que pueden tener una mayor o menor intensidad, son dolor abdominal y calambres, vómitos, y diarrea, a los que se pueden sumar malestar, náuseas y fiebre.
El virus tarda entre 12 y 72 horas en aparecer tras el contagio y causa este mal tan común que puede dejarnos fuera de juego, especialmente en las primeras horas, aunque el virus que lo provoca suele tardar una semana en desaparecer.
En algunas ocasiones, la gastroenteritis en el síntoma de otro tipo de enfermedades, como la de Crohn o la celiaquía, por lo que no debes dejar de ir al médico si te sientes peor de lo habitual o notas que no mejoras pasados un par de días.
Virus y bacterias, los responsables de la gastroenteritis
Ellos son los principales responsables la mayoría de las veces: rotavirus, adenovirus, astrovirus y norovirus son virus muy contagiosos que están siempre dispuestos a mutar y causar infecciones en nuestro aparato digestivo, por suerte más molestas que graves. Estos virus se transmiten con facilidad entre humanos y podemos llegar a contagiarlos sin haber desarrollado sintomatología.
Si hablamos de las bacterias, por lo general aparecen en alimentos que no cumplen con todos los protocolos de seguridad alimentaria y en las carnes de aves. Nos referimos a bacterias como Campylobacter, Salmonella y E. coli., que provocan intoxicaciones que se manifiestan como una gastroenteritis en los casos más frecuentes.
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Evitar una gastroenteritis causada por este tipo de bacterias puede ser muy sencillo si tenemos en cuenta alguna indicaciones básicas cuando comemos fuera de casa, y especialmente cuando salimos de viaje. En casa es fundamental mantener una correcta higiene de los alimentos y cocinarlos correctamente.
Evita alimentos con salsas y cocinados con huevo cuando comas fuera de casa, especialmente en los meses de mucho calor. En esas épocas también hay que extremar las precauciones con el marisco y el pescado crudo, si no tenemos certeza de su calidad. al igual que con los helados artesanales (pregunta siempre por sus ingredientes y por su caducidad).
Cuando viajamos a otros países, la principal recomendación es beber siempre agua mineral ya embotellada, a menos que te asegures bien de que es una ciudad con un agua en perfectas condiciones para la salud estomacal. En cualquier caso, tómala en pequeñas cantidades hasta que te asegures de que te sienta bien.
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Cómo se trata una gastroenteritis
Solo cuando la gastroenteritis está causada por una bacteria o un parásito se puede tratar con los medicamentos adecuados. En el resto de casos, cuando el origen es un virus, el tratamiento es completamente natural y casero.
Cuando se producen demasiados vómitos, y especialmente para los niños, se recomiendan los fármacos antieméticos que los impiden. También se pueden tomar antiespasmódicos si los dolores abdominales se hacen molestos.
Por lo demás, la forma correcta de tratar una gastroenteritis es la más tradicional: la llamada dieta blanda, que nos facilite las digestiones, y una buena hidratación. Infusiones como la tila y la manzanilla pueden ayudarte en el proceso de rehidratación, además de calmar los espasmos estomacales.
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