La llegada de un nuevo miembro a la familia es motivo de gran alegría, pero, al mismo tiempo, supone la aparición de nuevas preocupaciones para los futuros papás. Además de los cuidados que requiere el paso a paso de la dulce espera, la llegada de diversas complicaciones ajenas al proceso en sí provocan un aluvión de interrogantes acerca de la manera de proceder al respecto. Es necesario aclarar, en primer lugar, que el embarazo no es un factor de riesgo de cara a las alergias, pero tampoco protege a la mamá y el bebé frente a ellas. Las alergias se generan por el contacto del individuo con las sustancias que provocan esta alergia. Su aparición depende, por tanto, de la predisposición del paciente a padecerlas. Aunque en su mayoría se trata de enfermedades crónicas, las alergias pueden aparecer de manera puntual y que esta llegada coincida con el periodo de gestación. Una realidad que dificulta la prevención de sus síntomas, a diferencia de los casos en los que la madre ya sabe que lo es.
Durante el embarazo, es necesario encontrar la manera de paliar los incómodos signos de las temidas alergias, eso sí, sin poner en riesgo la salud del bebé. En esta disyuntiva aparecen las primeras cuestiones por parte de los padres, sobre todo en el caso de ser primerizos. ¿Afectan los síntomas de mi alergia a mi bebé? ¿Puedo medicarme durante el embarazo si padezco algún tipo de alergia? Según el Doctor Santiago Quirce Gancedo, especialista alergólogo en el Hospital de la Paz, en Madrid, "es fundamental controlar debidamente cualquier tipo de alergia, con el fin de evitar el posible riesgo que pudiera generar al feto". Partiendo de la base de que el tratamiento general de las mismas se apoya en tres tipos de vías principalmente (medicamentos, vacunas y control ambiental), la aplicación de los mismos difiere sutilmente durante la gestación: "Se deben escoger los medicamentos con cuidado, eligiendo los que sean seguros tanto para la madre como para el feto".
Medicamentos
Como sucede con otras dolencias generales que pueden aparecer en la dulce espera, el primer trimestre es el periodo de mayor riesgo debido a que, en esta etapa, se forman la mayoría de los órganos del bebé. Aunque la mayor parte de alérgenos en el tratamiento común son utilizados en el caso de las mujeres embarazadas, es imprescindible tener en cuenta la fase en la que se encuentra y estudiar por tanto también la dosis y la duración del tratamiento.
Vacunas
A diferencia de lo que se suele creer, las vacunas antialérgicas también se administran durante el embarazo, sin embargo, nunca se inicia un tratamiento con vacuna después de que una mujer se quede embarazada. Si antes ya estaba siendo vacunada se puede continuar con el tratamiento sin problemas.
Exposición medioambiental
Evitar los alérgenos durante el embarazo es fundamental. Es importante que la mujer embarazada trate de exponerse lo menos posible a las sustancias que le producen la alergia. De este modo reducirá los síntomas y no precisará de la aplicación de fármacos al respecto. Aunque, en ocasiones, es difícil eliminar totalmente la influencia del foco que produce la alergia, esta es la forma más segura de tratar esta dolencia durante las 40 semanas de gestación.