Ciclotimia y bipolaridad, ¿en qué se diferencian estos dos trastornos del estado de ánimo?
Sentimientos depresivos, desesperanza, felicidad extrema… las oscilaciones bruscas en el estado de ánimo son un asunto serio que hay que tratar con un especialista
Todos hemos experimentado en algún momento la sensación de estar más bajos de ánimo de lo habitual. Tener pocas ganas de emprender retos nuevos, notar falta de energía y sentir cómo la tristeza nos deja alicaídos son algunos de los efectos de pasar una mala racha emocional. Igualmente, hemos atravesado etapas en las que nos comeríamos el mundo y hemos tenido batería para cualquier desafío. Dentro de que estas fases son algo cotidiano, condicionadas por muchas variables que circulan a nuestro alrededor, hay quien experimenta estos 'saltos' de una manera cíclica, exagerada e insana. Existen diferentes grados de trastornos de ánimo y solo un profesional puede ayudar en estos casos.
No siempre se trata de bipolaridad
Cuando nos encontramos en la vida a una persona que sufre drásticos cambios de humor y comportamiento tendemos a tacharla de 'bipolar' sin pararnos a pensar que se trata de un trastorno severo y que banalizar el término no colabora con el conocimiento del mismo."Uno de cada 100 adultos tiene trastorno bipolar en algún momento de su vida", aseguran desde la Sociedad Española de Psiquiatría, "afecta igual a hombres que a mujeres y suele empezar durante o después de la adolescencia". Sus efectos son subidas y bajadas del estado de ánimo de manera muy acusada, pasando de la depresión a la euforia, en periodos que ocupan semanas e, incluso, meses.
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Sin embargo, la bipolaridad tiene diferentes tipos o grados, siendo el más leve la llamada ciclotimia, en la que los cambios son menos intensos aunque pueden durar más, según asegura la SEP. Un estadio que no tiene por qué agravarse pero que en muchos casos deriva en bipolaridad con el paso del tiempo.
Qué siente una persona bipolar
Según los expertos, hay diferentes líneas hacia las que puede inclinarse: depresión, manías y síntomas psicóticos, con consecuencias emocionales, mentales, físicas y de comportamiento. En el caso de la depresión, quizá el más conocido, a la pérdida de apetito o la dificultad para conciliar el sueño, se unen las ganas de llorar, la inquietud o tener dificultades para concentrarse.
Las manías son "sentimientos extremos de bienestar, energía y optimismo que, pueden ser tan intensos que afectan a la manera de pensar y juzgar". Irritarse con quien no comparte su optimismo, sentirse importante, ir de una idea a otra con rapidez, tener mayor interés sexual o hacer planes poco realistas son algunos de sus síntomas.
Tanto depresión como manía, si aparecen de manera muy intensa, pueden desencadenar síntomas psicopáticos como, por ejemplo, tener alucinaciones, pensar que se poseen poderes o sentirse tan poca cosa que se puede llegar a creer que se ha dejado de existir.
Cómo tratar la bipolaridad
Además de los tratamientos con litio u otros estabilizadores del ánimo, que deben ser indicados y seguidos por un psiquiatra, se puede trabajar a nivel psicológico en campos como el reconocimiento de las emociones o potenciar herramientas que ayuden a afrontar los problemas cotidianos. Además, es importante intentar evitar situaciones estresantes, buscar la relajación, descansar adecuadamente, hacer ejercicio o aprender a detectar las señales que indican que el estado de ánimo empieza a descontrolarse a través de la autoobservación.