No todos los trabajos son iguales, pero aquellos que consisten en pasar muchas horas frente al ordenador constituyen un círculo vicioso: cuanto más trabajo y menos ejercicio físico, más cansancio. Esto hace que nuestro nivel de concentración sea peor, también nuestra salud general, y que cojamos más días por enfermedad, porque nuestro cuerpo está vulnerable y dolorido por la falta de ejercicio y a la larga esto hace que trabajemos más para recuperar las horas perdidas.
La Sociedad Española Contra la Obesidad pide que por ley sea obligatorio que los centros de trabajo tengan en cuenta el ejercicio físico que realizan sus empleados y que puedan entrenarse durante el horario laboral, pues según un estudio, cuando los empleados realizan ejercicio físico de forma contínua su salud mejora y reducen las bajas laborales en un 22%.
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El triángulo del estrés
Realizar ejercicio físico hace que liberemos estrés, porque nuestro cuerpo mejora su bienestar en cuestiones clave para afrontar de la mejor forma la jornada laboral. Además, el esfuerzo físico libera nuestra mente, hace que dejemos de pensar en aquello que nos preocupa, o que simplemente refresquemos los conceptos que están en nuestra cabeza. De retorno a nuestro puesto de trabajo, si el ejercicio se ha realizado a media mañana, es muy probable que aportemos soluciones imaginativas que antes del ejercicio no habríamos sido capaces de ver, o que simplemente apreciemos las circunstancias de nuestro proyecto con un punto de vista renovado.
Según el mismo estudio, realizar ejercicio diariamente puede llegar a reducir en un 40% las enfermedades no transmisibles, es decir, las que no están relacionadas con virus o bacterias, sino que se desarrollan por malos hábitos, tanto físicos como de salud mental.
La SECO ha recopilado experiencias piloto realizadas a nivel nacional, donde las empresas incentivan a sus empleados para que vayan a trabajar en bicicleta, pagando los costes, o aquellas que han llegado a un acuerdo con gimnasios cercanos para que los empleados tengan “tarifa plana” de sesiones de ejercicio en horario laboral.
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La razón por la que el ejercicio debe ser realizado en horario laboral
España se caracteriza por ser uno de los países europeos donde más horas se trabaja, pese a que muchos estudios no relacionan este hecho con la productividad, sino todo lo contrario. Pero este hecho hace que fuera del horario laboral no exista mucho horizonte para, además, ir al gimnasio, porque las pocas horas de ocio que restan necesariamente se nos van en las tareas domésticas, conciliar y el ocio. Entonces ¿cuándo ir al gimnasio?
La costumbre más extendida es ir al gimnasio a la hora de la comida. Sin embargo, eso suele repercutir negativamente en la alimentación, pues el tiempo de la comida se esfuma, y además requiere empezar algo antes la jornada o terminar después, para compensar el tiempo que se ha pasado en el gimnasio y en la ducha posterior. Como resultado, cuando el ejercicio se realiza dentro del horario laboral, pero tomando tiempo a la comida, el estrés queda lejos de disminuir, de hecho se acrecienta, y no se consigue el objetivo principal, que es destensar, mejorar nuestra salud y sentirnos más sanos.
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