No han pasado tantos años desde que las casas contaban con hueveras, cestas de mimbre y botellas de cristal para hacer la compra. Pero en los últimos 40 años los productos alimenticios envasados han ido ganando terreno hasta acapararlo todo. En algunos casos, como el de la leche, el envasado es la garantía de que adquirimos un producto que ha pasado por los controles de calidad necesarios para que lo tomemos con toda tranquilidad.
Pero, en muchos casos, los niveles de envasado han alcanzado cotas tan innecesarias como perjudiciales para el medio ambiente. Uno de los ejemplos más visibles, y que se hizo viral en poco tiempo , es de las mandarinas vendidas ya en gajos en un envase de poliespán, cuando no hay nada más sencillo, económico y respetuoso con el medio ambiente que pelar tú mismo la mandarina.
Por suerte parece que, ante la amenaza que sufre el planeta a causa del exceso incontrolado de plásticos, la tendencia está comenzando a revertirse y es hora de recuperar la buena costumbre de nuestras abuelas y hacer la compra a granel.
Los establecimientos de alimentación más pequeños y familiares han seguido manteniendo una pequeña zona dedicada a la venta a granel, especialmente para las legumbres. Y ahora se están sumando a esta tendencia supermercados mayores, que han destinado una zona de su superficie para este fin, y en ciudades como Madrid y Barcelona han surgido establecimientos que solo venden sus productos a granel.
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Una compra llena de beneficios
Realizar la compra a granel nos beneficia a todos, por no hablar de la experiencia que supone entrar a una tienda en la que los alimentos se nos ofrecen con toda su variedad y color de manera directa. Parece que nos han quitado una venda de los ojos, que no es otra que el envasado, y que por fin vamos a poder disfrutar como nunca de más productos de los que imaginábamos: no solo se trata de legumbres, también hay harinas de todo tipo, frutos secos, arroces, pasta, algas, encurtidos, especias, cereales, frutas, verduras… Si entras una vez descubrirás que es un placer adictivo, y que son muchas las personas que acuden a realizar este tipo de compra.
Estos establecimientos, en un alarde de coherencia, no utilizan bolsas de plástico, ya que el objetivo es llegar a eliminarlo al máximo de nuestro consumo. En su lugar, se ha extendido el uso de bolsas biodegradable fabricadas con azúcar de caña, de envases derivados del maíz y de cualquier opción que sea 100% sostenible.
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También es una forma responsable de acceder a productos de proximidad con todo lo que eso implica de apoyo a los comercios locales y de una menor contaminación para el planeta como consecuencia de los transportes innecesarios de alimentos.
Para ti, una gran ventaja de la compra a granel es que solo te llevas a casa lo que quieres y en la cantidad que quieres. El consumo se hace más responsable y económico, además de resultar ideal para el gran número de familias monoparentales que viven en todo el mundo. Así podemos permitirnos, además, una mayor variedad de productos en nuestra cocina, a la vez que disminuyen los desperdicios que generamos. Todo son buenas razones para recuperar la antigua cesta de tu madre, o coger tu propia bolsa de tela, y descubrir una forma sostenible y enriquecedora de hacer la compra.
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