Estos son los síntomas en el ecuador del embarazo
Identificar las señales propias de este periodo en la gestación no siempre es tarea fácil
Aunque las primeras semanas y la recta final del embarazo se consideran, en la mayoría de los casos, las etapas más molestas y las más destacadas, tanto por las madres como por los especialistas durante todo el proceso, las cuarenta semanas que dura el desarrollo del bebé en el vientre materno es un tiempo en el que la madre experimenta continuos cambios físicos y emocionales. Unas transformaciones que, en numerosas ocasiones, generan importantes preocupaciones a los papás, ya que pueden ser confundidos con problemas derivados de la propia gestación.
Cuando la futura mamá se adentra en la semana veinte de su embarazo, un período fundamental en el desarrollo del pequeño, el feto comienza a crecer sensiblemente. Sus movimientos, por tanto, son más agudos y las pataditas o cambios de posición se manifiestan por medio de retortijones o pinchazos. Dos signos externos que a veces incomodan a la mamá y que, si se repiten con asiduidad, pueden confundirse con contracciones prematuras o con algún tipo de indisposición. Es muy recomendable conocer todas estas señales para mantener la calma o acudir, en su caso, al obstetra que asiste el embarazo. Este crecimiento interior conlleva un lógico aumento de peso en la mamá que comienza a dificultar sus tareas cotidianas. La fatiga, el cansancio y el sueño se convierten en los protagonistas de la jornada de la embarazada. Es recomendable buscar huecos en el día para reposar, relajarse y por qué no, dormir, ya que, en las etapas más avanzadas de la gestación, el sueño suele verse alterado.
Uno de los parámetros fundamentales que puede verse modificado en el organismo de la madre es la tensión arterial. Precisamente, en el ecuador de la dulce espera, suele producirse lo que se conoce como hipotensión. Es decir, una bajada de la tensión arterial. Este fenómeno aparece por diferentes motivos, pero uno de los más relevantes es la presión que ejerce el útero sobre la arteria aorta y la vena cava cuando la mamá se acuesta en posición decúbito supino. La bajada de tensión en las embarazadas también suele ser un signo que genera preocupación ya que, en múltiples casos, se tiende a relacionar equivocadamente con el estado de salud del bebé.
Otro de los trastornos visibles en este periodo son las varices, que además de la mala imagen que generan en cuestión estética, provocan en ocasiones molestias en las piernas. Su aparición es debida a la acción de las hormonas en las venas y también se produce nuevamente por la presión del útero en las mismas. Es recomendable utilizar ropa holgada, calzado cómodo, medias relajantes o calcetines premamá con el fin de favorecer la circulación de la sangre. En la mitad de la gestación tampoco debe descuidarse la salud e higiene dental. Los sangrados en las encías son muy habituales durante esta etapa, ya que el aumento del flujo sanguíneo y los cambios hormonales suele favorecer este fenómeno, así como las infecciones.