La contaminación del aire, también un problema para las embarazadas
Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Rutgers apunta a que lo que inhala la madre puede afectar a la salud cardiovascular del feto
La contaminación ambiental no solo supone un serio problema para la preservación del planeta, sino también para nuestra propia salud, más aún para ciertos colectivos de riesgo somo son los ancianos, los niños o las embarazadas. Las mujeres en estado son mucho más sensibles a la exposición e inhalación de determinadas sustancias contaminantes, dado que estas pueden dañar seriamente al feto. Al igual que lo que ingiere la futura madre se traspasa al bebé, lo que respira también puede afectar en gran medida a su desarrollo, su metabolismo y produciendo alteraciones en algunos órganos. Así lo ha constatado una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de Rutgers, en Estados Unidos, y publicada en la revista científica especializada en enfermedades cardiovasculares Cardiovascular Toxicology, al encontrar evidencias de que la contaminación del aire podría afectar el sistema cardiovascular del feto, en concreto, al principio del primer trimestre y al final del tercero.
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Del estudio, realizado en ratas, se puede extraer que lo que inhala una madre afecta a su sistema circulatorio, el cual se adapta constantemente para suministrar un flujo de sangre adecuado al feto a medida que crece. De modo que la exposición continua a algunos agentes contaminantes puede constreñir los vasos sanguíneos, restringir el flujo de sangre al útero y privar al feto de oxígeno y nutrientes, lo que puede tener un impacto negativo en su crecimiento y desarrollo.
Así, los investigadores apuntan que respirar aire contaminado en la fase inicial de la gestación afecta significativamente a la arteria principal y la vena umbilical del feto. Sin embargo, si la exposición se produce en la etapa final, daña sobre todo a su tamaño, puesto que el flujo sanguíneo de la madre es limitado, pudiendo privar de nutrientes al embrión. Algo que, incluso, puede continuar afectando al niño hasta la edad adulta.
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Evitar la exposición como medida preventiva
A este respecto, la recomendación de los expertos es clara: "Estos hallazgos sugieren que las mujeres embarazadas, las mujeres en edad fértil que podrían estarlo y las que se someten a tratamientos de fertilidad deben evitar las áreas conocidas por alta contaminación del aire o permanecer en el interior los días de alta contaminación para reducir su exposición".
La polución del aire, debida principalmente a las pequeñas partículas procedentes del tráfico y la excesiva industrialización de algunas urbes, no entiende de condición ni edad y esto es algo que preocupa seriamente a las autoridades. La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertaba hace pocos meses de que el 90% de los niños del mundo respira aire tóxico. Un dato alarmante que ha propiciado que impacto de la contaminación en niños y embarazadas se haya convertido en objeto de estudio para intentar atajar los problemas derivados de ella desde antes de nacer. Uno de ellos es el que llevarán a cabo un grupo de investigadores de varios hospitales de Barcelona, el pasado noviembre hicieron un llamamiento para reclutar embarazadas y poner en marcha un ambicioso estudio sobre el efecto de la polución en la salud prenatal.