¿De verdad son útiles las pulseras de actividad para hacer deporte?

Aunque los smartphones disponen desde hace tiempo de aplicaciones para medir nuestros pasos y comprobar las calorías que quemamos, las pulseras cuantificadoras van más allá. No se separan de nuestra muñeca en todo el día y también evalúan nuestro ritmo cardiaco.

Por Cristina Soria

Cuando nos referimos a una pulsera cuantificadora no solo nos hablamos de un reloj inteligente, sino que de forma más concreta este tipo de dispositivos se enfocan más bien a detectar cuál es nuestra rutina física y poner a nuestra disposición todos los datos para que podamos evaluar cuáles son nuestras carencias y nuestros logros a la hora de mantener una actividad física regular.

Este tipo de pulseras se llevan en la muñeca como un reloj y durante el día recopilan toda la información referente a la distancia que recorremos caminando o corriendo, evalúan las calorías que gastamos, nos marcan objetivos diarios y avisan en el caso de que detecten que llevamos demasiado tiempo sentados sin actividad de ningún tipo.

Para quienes no realizan ningún tipo de deporte y llevan una vida muy sedentaria, es una herramienta perfecta para tomar conciencia de su situación y así marcar pequeños objetivos a corto plazo que ir superando poco a poco. Pues el principio básico de estas pulseras inteligentes es darnos toda la información para que nosotros mismos podamos evaluar cómo con un poco de esfuerzo mejoraremos nuestros hábitos y contribuiremos a quemar calorías y a sentirnos mejor. Así que, si necesitas un impulso para comenzar a activarte, puede que una de estas pulseras sea lo que necesitas.

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Primer paso: concienciación

Cuando te acompaña un chivato en tu muñeca que te recuerda que hoy no has caminado nada, es fácil comprender que el siguiente trayecto que podrías hacer en transporte público o en coche tal vez lo puedas sustituir por un paseo a pie. 

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Muchos de nuestro pequeños gestos que pueden conducirnos a una vida menos sedentaria solo tienen que ser empujados por un recordatorio que nos avise de que día a día estamos mejorando y de que no permitamos bajar el ritmo de los logros conseguidos.

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No solo ejercicio físico

Las utilidades que tienen estas pulseras cuantificadoras son muchas y muy variadas, pues no solo vigilan la distancia que recorremos, también nuestra frecuencia cardiaca. De esta manera evalúan cuáles son nuestras horas de sueño, qué estrés podemos sufrir durante el día y cuáles son las situaciones que nos generan ansiedad.

El objetivo de todos estos datos puede ir encaminado a hacernos conscientes de que necesitamos más descanso y de más calidad, pues podemos monitorizar cual es nuestra frecuencia cardiaca en reposo durante la noche, y evaluar si realmente el sueño resulta reparador o si no conseguimos alcanzar el sueño profundo que necesitamos.

De la misma manera, a lo largo del día la pulsera vigila cuáles son los momentos en los que, sin hacer ejercicio, estamos sufriendo una subida de nuestro ritmo cardíaco, probablemente producido por situaciones de tensión. El primer paso para atajarlas es ser conscientes de ellas y descubrir que a nivel físico este estrés se manifiesta con datos cuantificables.

Además, la pulsera realiza consejos y observaciones cuando, fruto de su evaluación, descubre qué podemos mejorar en nuestra rutina para aprovechar nuestro día a día y hacer más ejercicio o romper con costumbres sedentarias. Esto es muy interesante y es lo que hace verdaderamente inteligente a estas pulseras, pues utilizan los datos estadísticos de todos los usuarios que las llevan, y pueden evaluar qué hábitos han funcionado y cuáles no, y así encauzar sus consejos hacia cambios ya probados y contrastados. 

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