La resiliencia es un concepto que surge del campo de la psicología y que habla de la capacidad de superar situaciones difíciles, de sobreponerse para poder avanzar. Una muerte cercana o las consecuencias de un desastre natural son algunas de las circunstancias que habitualmente se relacionan con este término, que ha tomado especial relevancia durante los últimos tiempos.
Se aplica a ciudades que han sido capaces de reinventarse, a personas que han superado positivamente un bache emocional o a empresas que han sabido adaptar su modelo de negocio a las circunstancias cambiantes de su entorno. Y es que, precisamente en el terreno laboral, la resiliencia es cada vez más aplicada.
Se trata de la cuarta competencia más valorada en los procesos de selección actuales, solo por detrás de la inteligencia emocional, el autocontrol y la capacidad de trabajo bajo presión, según un estudio de Evaluar.com. Asimismo, una de las principales habilidades en materia de emprendimiento, pues el empresario toma toda clase de decisiones y algunas pueden no ser acertadas. Cómo afrontar esas situaciones es clave para hacer de ellas una oportunidad de éxito.
Actitud ante las crisis
Toda crisis implica un cambio y todo cambio una oportunidad. Esto es algo que todo emprendedor debe tener en cuenta, pues amortiguar golpes y convertirlos en un impulso positivo es la única manera de sobreponerse a los altibajos que, seguro, implica cualquier negocio. Saber analizar, rectificar y sobreponerse es fundamental a la hora de llevar una actividad empresarial, en la que hay que superar obstáculos de toda índole, pues el éxito solo es tal si se entiende la actividad como un proceso de cambio constante.
Un emprendedor resiliente adopta una posición positiva a la transformación y detectará en ella nuevas oportunidades y retos. Trabajar la confianza, la autoestima o la empatía favorecerá que pueda colocarse en ese espacio de apertura.
Análisis DAFO, una herramienta muy útil
Se trata de una sencilla matriz por la cual exponemos nuestras fortalezas y debilidades internas para detectar las oportunidades y amenazas del entorno. Plasmado sobre papel, es un recurso imprescindible para todo emprendedor, que utilizará tanto para arrancar un plan de negocio como para analizar el 'ahora' en circunstancias cambiantes o de crisis.
Ni esta herramienta ni la capacidad de resiliencia harán que todas las decisiones que se tomen en el marco de la actividad sean acertadas pero sí posibilitará desarrollarla en un espacio analizado, lo cual minimiza los riesgos, y con capacidad de adaptación a los cambios. Quedarse atrás nunca es una opción.
Competencias en la resiliencia empresarial
La automotivación, creatividad, capacidad de aprendizaje, asertividad o comunicación son algunas de las habilidades que, como emprendedor, te permitirán ser más resiliente. Se trata de ser capaz de confeccionar estrategias o acciones que transformen situaciones adversas en nuevas rutas de actuación.
De igual forma, la gestión emocional, el control del estrés o tener una actitud dirigida al objetivo tienen su relevancia en este terreno. Permiten focalizar y poner atención en el problema sin que este nos acabe desbordando, entendiendo qué nos hace sentir pero sin dejar que nos arrastren las emociones.