Cuanto más se convive con perros más sensación de humanidad encontramos en ellos, porque son animales que saben demostrar una gran paciencia para tratar de entendernos y para hacerse entender, en ocasiones más incluso que nosotros mismos.
La mirada de atención de los canes delata su interés por descubrir qué pretendemos con nuestro comportamiento, y de la misma forma ellos también desarrollan un lenguaje no verbal que puede darnos pistas de sus necesidades e intenciones.
A lametones
La lengua es un órgano muscular que el perro utiliza solo con quienes tiene confianza, pues mientras que el olfato no desprecia cualquier lugar o cosa, la lengua la utiliza solo consigo mismo y con nuestra piel.
Que el perro nos lama puede significar muchas cosas, y hay quienes lo interpretan como una forma de agradarnos y de atrapar nuestro olor, también en sus papilas gustativas. Se cree que el sabor salado de nuestra piel le produce una sensación muy agradable, y que sumado al amor que nos tiene constituye una forma de relacionarse con nosotros. Porque, como verás, el perro no lame a desconocidos, o al menos no de forma repetida.
Pero también existe otro tipo de lametón, que es el que se realiza a sí mismo. Los perros utilizan su lengua también como limpiador, y no es extraño que laman zonas de su cuerpo en las que perciban olores. Pero esto se acrecienta cuando el perro siente estrés. Hay adiestradores que consideran que cuando un perro llega a un nuevo entorno que no controla y que le produce cierta ansiedad, se acrecienta la frecuencia de lametazos sobre sí mismo.
Además, un acto reflejo de los perros es relamerse el morro cuando saben que van a comer. Es común que cuando nos ven sacando su comida favorita mueven el rabo mientras sacan la lengua para atrapar el sabor y limpien su morro con ella.
Leer: ¿Sabías que la personalidad de los perros también cambia a lo largo de la vida?
Gruñidos
En muchos aspectos, la comunicación de los perros es bastante evidente. Cuando un perro gruñe no es un mensaje de paz. Generalmente los gruñidos significan “no”, y suelen tener una raíz territorialista. Es común escuchar a los perros gruñir cuando sienten que otro perro puede invadir su espacio, o si simplemente se acercan a donde están ellos. También si hay algo que no quieren que hagamos podrán gruñir: lo harán si alguien quiere agredir a un miembro de su familia, si pretenden quitarle la comida o un muñeco, o llevarles por un camino del que desconfían.
Sin embargo, los perros no poseen rasgos de personalidad humana, no toman decisiones ni son arbitrarios. Y, de la misma forma, tampoco son vengativos. Cuando un perro muestra su desagrado, lo hace en base a una conclusión que generalmente es 100% objetiva: no querer perder poder o alimento, intentar dejar de sentir incomodidad o no querer enfrentarse a un peligro. No hay absolutamente ninguna otra variable por la que un perro ladraría; nunca lo hará por molestar, porque no esté de humor o porque quiera llevarte la contraria. En este sentido los perros son cristalinos.
Leer: En qué consiste la 'amistad' entre los perros
Abrir la boca
A veces los perros bostezan ampliamente, y casi sentimos sueño al verles hacerlo. Sin embargo, en su caso, abrir la boca de par en par y cerrarla no tiene el mismo significado que para los humanos.
Cuando los perros “bostezan” están demostrando nerviosismo, es un acto reflejo que les permite enseñar los dientes aún sin demostrar una actitud de confrontación evidente, y que les aflora aun en situaciones en las que el conflicto que les genera estrés no tenga nada que ver con la pelea.
De esta manera, el bostezo es una respuesta mecánica de su organismo para generar confianza en sí mismo y calmar cualquier situación de tensión.
Leer: Los perros también padecen alzhéimer