Nos encantan los vídeos de gatitos, y la ciencia sabe por qué

Te gusten o no los gatos, seguro que más de una vez has visto una foto o un vídeo de ellos en el móvil y no has podido apartar la mirada de ellos porque, hay que reconocerlo, son muy monos. Sin embargo, la ciencia tiene una explicación al porqué de que nos gusten tanto los gatos en redes sociales.

Por Cristina Soria

Aunque no tengas gato ni te consideres un amante de estos animales, seguro que más de una vez te has quedado frente a la pantalla admirando una foto entrañable de gatitos. No eres la única, las redes sociales se vuelven locas cada vez que alguien publica la foto o un vídeo de un gato entrañable. Algo tienen, está claro, que hace que se compartan más que otras cosas y que a los humanos se nos caiga la baba al verlos.

Las fotos de gatitos despiertan nuestra ternura, y esta situación fue elegida por la investigadora Jessica Gall Myrick para realizar un estudio que tratara de averiguar por qué nos gustan tanto. La investigación se tituló “Who watches Internet cats, why and to what effect?” (“¿Quién mira a los gatos en internet, y qué efecto les produce?”). En esta investigación, Myrick perseguía relacionar nuestro tiempo en la red con la búsqueda de emociones, la autorregulación de nuestro tiempo y la procrastinación.

Sí, también los gatos parecen ser los culpables de que procastinemos. Porque probablemente cuando te entretuviste viendo un vídeo de gatos tenías mejores cosas que hacer y, de hecho, es probable que te dirigieras a estas labores cuando te topaste con unos gatitos en una cesta y decidiste dedicar unos instantes a contemplarlos.

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Pero uno de los datos de esta investigación es que, aunque los gatitos son un tema muy exitoso en Internet, la mayoría de los usuarios que los ven no andaban buscándolos de forma concreta, sino que se toparon con ellos. Según palabras de la investigadora: “Estos contenidos son inútiles y constituyen una pérdida de tiempo”, y sin embargo no han bajado su popularidad desde que las redes sociales existen.

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La investigación de Jessica Gall Myrick recurrió a 6.795 voluntarios para evaluar el tiempo que pasaban en internet y la satisfacción emocional que les producía en cada momento. El resultado fue que no todo el mundo ve estas imágenes de gatos por igual, sino que existen unas tipologías más afines que otras, y esto no tiene que ver con tener mascota o no.

Tanto las personas que tienden a procrastinar como quienes sienten una necesidad emocional irreprimible de satisfacer cierta felicidad inmediata porque se sienten insatisfechos, pueden ser las personas con mayor grado de aceptación de los vídeos y foto de gatos, según el estudio de Myrick.

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Una cuestión biológica

Existe una hormona en nuestro organismo que está relacionada con observar imágenes que nos enternezcan, y esto tiene mucho que ver con los virales de internet en los que aparecen gatos. Si has dado a luz te sonará esta hormona: se llama oxitocina, y es la encargada de generar los primeros lazos emocionales entre la madre y su bebé recién nacido. Por esta razón, es conocida como la hormona de la empatía, y funciona de la misma manera cuando lo que tenemos delante es una imagen en el móvil que nos produce un nivel alto de ternura. Ver gatos y segregar oxitocina es un acto reflejo que fomenta la empatía, nos calma, y genera un sentimiento de felicidad automático.

En este proceso hormona, también está implicado el cortisol, que es un neurotransmisor que agudiza nuestra atención y que nos hace ocupar el tiempo que sea necesario en esta tarea. No nos sirve con ver el gato y pasar, no, necesitamos pasar unos instantes observando y admirando su tierna imagen. 

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