Si te gusta salir a caminar, tienes que probar la marcha nórdica

Surgió como una alternativa al esquí invernal para los meses de verano, y logró popularizarse como la mezcla perfecta entre esquiar y practicar senderismo.

Por Cristina Soria

Si buscas un deporte que te ayude a mantenerte en forma, evitando el impacto sobre tus articulaciones, tienes que conocer la marcha nórdica. Este deporte surge en Finlandia nada más y nada menos que en 1930, cuando se buscaba una alternativa en verano que permitiera practicar esquí a participantes olímpicos. A partir de ahí se fue haciendo cada vez más popular, especialmente a raíz de sus demostrados beneficios, y a día de hoy sigue manteniendo su vigencia.

Este deporte es perfecto para que se ejerciten las personas mayores, ya que la técnica es fácil de aprender, se protegen las articulaciones, y no es necesario utilizar la fuerza. Consiste en realizar una marcha con una técnica concreta y utilizando dos bastones. Con ellos nos damos impulso a la hora de caminar, lo que nos permite ganar amplitud de movimiento al poder realizar una zancada mayor. Es importante no confundirlo con el senderismo, ya que usan bastones diferentes y con una intención distinta.

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Beneficios de la marcha nórdica

Un estudio publicado por el Instituto alemán de Biomecánica se ha ocupado de señalar los principales beneficios de este tipo de marcha. En primer lugar, es un ejercicio aeróbico, algo imprescindible para regular nuestro peso, mejorar la salud cardiovascular, aumentar la capacidad respiratoria, y prevenir enfermedades como la hipertensión arterial o la diabetes tipo 2.

A diferencia del running, la marcha nórdica no es agresiva para las articulaciones, cuidando de nuestras rodillas y tobillos, ya que van a aligerar su carga gracias a los bastones y la técnica.

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También ayuda a coordinar los brazos y piernas, a fortalecer la musculatura en general (especialmente brazos y piernas) y consigue que quememos calorías y disminuya la grasa corporal. Previene la osteoporosis al reforzar los huesos, y evita que empeore en aquellos que la padecen.

La postura corporal mejora al fortalecer la espalda, y es efectiva a la hora de reducir la grasa corporal. Refuerza el sistema inmunitario y no aporta sensación de bienestar, puesto que favorece la liberación de endorfinas. Y, además, reduce el estrés, oxigena el cerebro y aumenta la capacidad cerebral.

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La marcha nórdica tiene su propia técnica y bastones

Para hacer la marcha nórdica de manera correcta y disfrutar de sus beneficios no basta con comenzar a andar con un bastón. Es más, en países como el Reino Unido, el servicio de Salud Pública recomienda recurrir a un instructor cualificado para aprender correctamente la técnica.

Cuando usas los bastones de manera correcta, los pies se sienten más ligeros y se alivia el peso en las rodillas y en el resto de articulaciones inferiores.

También es importante no confundir los bastones de marcha nórdica con los de senderismo o travesía. Infórmate en tu tienda si estás pensando en hacerte con unos y aprovecha para que te expliquen cómo puedes usarlos de la mejor manera posible. Los bastones de marcha nórdica llevan correas con paso de pulgar para que puedas abrir la mano, algo que no puedes hacer con los de senderismo. Además, son bastones de un solo tubo, no telescópicos, para evitar las vibraciones y proteger tus articulaciones; y principalmente son de carbono, mientras que los de travesía son de aluminio.

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