Mejora la concentración y el humor, reduce el estrés, alivia el dolor, aumenta la flexibilidad, incrementa la fortaleza y la resistencia… El yoga se ha convertido en una de las prácticas más extendidas del momento debido a los múltiples beneficios físicos, mentales y emocionales que aporta. Además, se ha consagrado como una de las grandes herramientas para liberar endorfinas y combatir el dolor menstrual, así como las molestias asociadas al síndrome premenstrual como el sangrado abundante, náuseas, calambres, dolor lumbar, malestar pélvico o alteración emocional.
En muchas ocasiones, hacer ejercicio no es lo que más apetece debido a todos estos síntomas y a que nuestro nivel de energía decae notablemente. No es necesario forzar el cuerpo, pero sí realizar cierta actividad física que nos permita 'liberarnos' y escuchar al cuerpo. En este sentido, una suave rutina de yoga acompañada por una respiración adecuada puede ayudarnos en estos días especialmente complicados a estimular la mente, aliviar los dolores abdominales y calambres, relajar la parte inferior de la espalda y, por supuesto, recuperar un poco de la energía perdida durante la menstruación.
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Postura del perro
Es una de las asanas de transición y descanso más populares y simula la posición que adoptan los perros al estirarse. Para iniciar la postura del perro hacia abajo (Adho Mukha Svanasana), ponte en posición de cuadrupedia sobre la esterilla: la espalda recta, las manos debajo de los hombros y las rodillas a la altura de las caderas. A continuación, apoya bien los dedos de los pies porque van a ser tu soporte junto con las manos y respira profundamente.
Levanta las rodillas y sube la cadera, manteniendo las palmas de las manos firmemente apoyadas sobre la esterilla. Intenta tener las piernas totalmente estiradas, con los talones apoyados. Aguanta en esta posición 10 segundos. Por último, baja la cadera y regresa a la posición inicial mientras expulsas el aire de tus pulmones.
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Postura del niño
La postura del niño (Balasana) permita descansar, relajar y descargar la espalda. Para realizar esta asana, ponte de rodillas sobre la esterilla y apoya los glúteos sobre los talones con las rodillas separadas aproximadamente el ancho de nuestras caderas. La espalda debe permanecer estirada y la mirada al frente. A continuación, lleva el tronco hacia adelante hasta llegar al suelo con la frente y deja que repose sobre tus muslos.
Tradicionalmente, los brazos se colocan a ambos lados del cuerpo y hacia atrás junto a las piernas, con las palmas de las manos hacia arriba. Sin embargo, puedes llevarlos hacia adelante, alargados con las palmas de las manos en el suelo. Permanece en esta posición durante unos minutos relajadamente, sintiendo tu respiración y siendo consciente de tu cuerpo.
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Postura de la pinza
El principal beneficio de la postura de la pinza (Paschimottanasana) es que todo el cuerpo se estira. Motivo por el que es considerada como una de las asanas de yoga más importantes, en la que se necesita una respiración regular para dominarla. Para iniciar esta postura, siéntate en la esterilla con las piernas totalmente estiradas y juntas, alargando los gemelos y sin tensar las rodillas. A continuación, flexiona el tronco desde las caderas aproximándolo tan cerca de las piernas como puedas. Lleva las manos hasta los pies. Siente como se relaja tu musculatura y acompaña el movimiento con una respiración profunda y pausada. Si no eres capaz de ejecutar el movimiento, haz un lazo con una correa alrededor de las plantas de los pies y sujétala correa con firmeza.
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