Dónde encontrar las vitaminas y minerales necesarios para prevenir la astenia primaveral

A las alteraciones de nuestro organismo que sufrimos con este cambio estacional se le denomina astenia, y consisten en una falta general de energía: fatiga, cansancio, inapetencia, alteración del sueño y disminución general de vitalidad. ¿Sabes dónde conseguir un 'chute' de energía?

por Cristina Soria

Cada año la frontera entre el invierno y la primavera se hace más difusa, ya que por el calentamiento global los inviernos son más cálidos y la primavera tiende a adelantarse. Esto hace que la astenia primaveral pueda pillarte desprevenida, y sientas sus síntomas sin ser plenamente consciente de a qué se deben.

Las causas no solo tienen que ver con la temperatura, sino con el cambio de presión atmosférica, el aumento de horas diarias de luz y las variaciones que hacemos en nuestra vida a raíz del cambio horario por las horas de luz, que en resumen se traduce en más horas de actividad física e intelectual.

A la hora de buscar complementos en nuestra dieta que palien estos efectos hay que tener en cuenta que además de la fatiga, solemos desarrollar cierta irritabilidad, dolores de cabeza, problemas para mantener la concentración y somnolencia.

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Un estudio de la Fundación Alimentación Saludable reflejó, además, que las mujeres acusan estos síntomas en mayor medida, en base a las pruebas realizadas a 2.400 personas, entre las que también identificaron que la franja de edad de 40 a 60 años sufren los síntomas por encima de otras edades.

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Una dieta equilibrada

No olvides que una dieta equilibrada es siempre la mejor respuesta ante cualquier problema que pueda obtener su solución en los nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Ahora más que nunca, potencia una dieta mediterránea a base de vegetales, legumbres, pescados, carnes magras y aceite de oliva.

Aléjate de la cafeína, porque pese a su efecto estimulante, hace que el hígado produzca insulina y eso se traduce en un gasto innecesario de glucosa. El café es un excitante rápido, que produce picos, justo lo contrario de lo que necesitamos frente a la astenia, cuando conviene elevar el nivel de energía, pero hay que hacerlo de forma constante, y no puntual. Al exceso de cafeína se le puede aplicar la frase hecha “más dura será la caída”, porque cuando te excitas artificialmente, es muy probable que te desinfles con la misma velocidad.

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Energía natural  y estable

La quinoa aporta magnesio, fósforo, manganeso, ácido fólico, y es rica en fibra. ¿Qué más se puede pedir? Es un súper alimento, porque se trata del cereal con el mayor valor proteico, que nos dará toda la fuerza energética necesaria para sobrellevar el día, pues su proteína es de absorción lenta, lo que hace que su aporte sea gradual y no genere picos y valles, sino una energía continua. Además, su ácido fólico va directo a nuestro cerebro, nos ayuda a concentrarnos y permanecer activas.

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Las lentejas son las legumbres estrella de una dieta que potencie la lucha contra la astenia primaveral, porque aportan mucha fibra, hierro y vitamina B. Son un excelente sustituto de los cereales refinados que se anuncian como “energéticos”, pero que realmente forman parte del grupo de los ultra procesados azucarados. Las lentejas son la auténtica bomba de energía que puede minimizar los efectos de la astenia, y si además se consumen junto a pimientos o un zumo de naranja, estaremos favoreciendo la absorción del hierro.

Si durante todo el año las frutas de temporada son siempre una buena compañía para tu dieta, para actuar frente a la astenia primaveral no dejes de recurrir a ellas, pues las frutas y verduras ayudan a desintoxicar, te hidratan y te hacen sentir más ligera. Contienen fibra, vitaminas y fitoquímicos, que regulan el organismo y potencian su energía.

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