Es época de fresas y estos son sus beneficios
Las fresas nos cuidan de arriba a abajo, con su efecto antiinflamatorio, hidratante y antibacteriano. Existen más de 600 variedades de fresas y con la llegada del calor empiezan a dejarse ver. España es el primer exportador del mundo y el segundo en cantidad producida.
La fresa es inevitablemente una fruta simpática, la comemos desde niños y su sabor se asocia a las chuches más suaves y dulces. Sin embargo, oculta un poder secreto, una batería de beneficios para nuestra salud que va desde sus cualidades anticancerígenas hasta el poder de fortalecer nuestro pelo.
En España la temporada de fresas se inicia en febrero y termina en mayo, aunque algunos años cálidos se han iniciado su recolección en enero y se ha extendido hasta junio. Es una fruta extraordinariamente popular: su color rojo y su sabor moderadamente ácido la hacen perfecta para postres, batidos o para ser consumida cruda.
El rojo de las fresas aporta más beneficios de los que imaginas
El color rojo de las fresas se debe a las antocianinas, que son unos flavonoides con efecto anticancerígeno, antiinflamatorio y que reduce la posibilidad de padecer enfermedades coronarias. En todos estos casos los efectos terapéuticos de las antocianinas están relacionados con sus propiedades antioxidantes, inhibiendo la oxidación de las lipoproteínas y favoreciendo la producción de plaquetas.
De esta manera, al consumir fresas estamos favoreciendo la reducción de los niveles de colesterol malo, y evitamos sufrir hipertensión. Además, según una investigación de la American Heart Association, si comemos fresas dos o tres veces a la semana estamos reduciendo un 32% el riesgo de sufrir un ataque al corazón.
De la misma manera que las fresas, también las uvas, las moras y las berenjenas aportan altos niveles de estos flavonoides, que por si fuera poco también son los responsables de que las arterias se dilaten y se evite así que la placa se acumule en las vías, por lo que tienen un doble efecto beneficioso para el sistema circulatorio.
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Hidratan, reducen peso y hace brillar el pelo
Tomar frutas para hidratarnos es siempre una muy buena idea, pues están compuestas por un alto porcentaje de agua. Las fresas lideran el ranking de estas frutas, junto a la sandía, ya que el 92% de cada fresa es agua. Además, por cada 100 gramos de fresas aportamos a nuestro organismo alrededor de 32 calorías, por lo que esta fruta es de las menos calóricas.
Y al tomarlas no solo estamos ingiriendo líquidos, sino que por su composición fomenta el transporte de sus nutrientes, sus altos niveles de vitaminas y antioxidantes. De esta forma estamos mimando nuestra piel, pues consumir fresas nos protege de los rayos UVA y combate el acné, suavizando la piel y favoreciendo una acción exfoliante.
Pero estos no son los únicos efectos que saltan a la vista. La capacidad bactericida de las fresas, por medio de su vitamina C, nos protegen de los resfriados y de la gripe, protegiendo tu sistema inmunitario. Y su alto contenido en omega-3, magnesio y cobre hacen que tu pelo luzca más brillante y sedoso, protegiendo los folículos pilosos. Y con el ácido fólico y las vitaminas B5 y B6 estamos fortaleciendo las raíces y luchando contra la caída del cabello.
Contra la depresión
Parece increíble que una fruta pueda ayudar a combatir los estados de depresión. Sin embargo, es un tema químico: el folato es un nutriente de la fresa que actúa contra la formación de homocisteína, ayudando así a contrarrestar los síntomas de la depresión. Cuando este aminoácido se genera en exceso, se impide que ciertos nutrientes lleguen a la sangre, y se agudizan las carencias de hormonas del bienestar, en concreto serotonina, dopamina y norepinefrina, que regulan cuestiones sociales, de placer y de descanso, como el ánimo, el hambre y el sueño.
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