Existen los patios para gatos y se llaman catios

A los gatos les encanta explorar, es algo que viene de serie en su instinto más primario. Su cerebro les recuerda que son cazadores y que necesitan buscar de forma continua aventuras que les distraigan, que les ejerciten y que les faciliten descubrir nuevos horizontes.

Por Cristina Soria

Los gatos son animales muy caseros, y no todos los desean salir al exterior con cierta frecuencia. Pero están los que sí sienten esa necesidad, que reciben el sobrenombre de escapistas, y pueden ser un auténtico problema tanto para ti como para ellos. El deseo negado de explorar otros mundos puede hacerles volverse más agresivos en la casa,  y como forma de exteriorizar su estrés podrían arañar los muebles, los cables y bufar continuamente.

La casa es un buen entorno para jugar,  y por regla general los gatos suelen sentirse felices sin salir de ahí, porque son territorialistas y disfrutan haciéndose su propia aventura saltando de aquí allá, y espiándonos mientras hacemos nuestra vida. 

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Salir de casa tiene beneficios para el gato

Sin embargo, salir al exterior les puede venir bien. Respirar aire fresco, apreciar el cambio de luz y escuchar los sonidos que solo se pueden oír fuera de casa. Esta es una experiencia muy enriquecedora para los gatos, de la que comúnmente se privan, aunque cada vez es más común ver a personas paseando a sus gatos con correas y collares muy similares a las de los perros.

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Pero los gatos tienen una forma de caminar y de seguir el ritmo de los humanos diferente a la de los perros, y no es del todo fácil hacer que un gato acompase sus andares a nuestra trayectoria. De hecho, el paseo puede verse muy limitado cuando lo que él realmente pretende es entretenerse, rastrear y jugar con aquello que se encuentra.

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Fuera de casa, pero a salvo

Pero dejarles salir de casa solos, para ampliar su campo de juegos, puede ser demasiado peligroso. No podemos controlar que andando solos se puedan hacer daño, ensuciarse más de lo debido o perderse. Con este motivo están proliferando los llamados “catios”, que son casetas especiales con rejillas, que dejan pasar el aire y la luz, pero que siguen siendo un ambiente controlado para que los gatos se sientan en el exterior pero a salvo de los peligros y de perderse.

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Aparentemente parecen invernaderos, pues realmente se trata de unas edificaciones similares a las que podríamos incluir en un patio para cultivar plantas. También tienen el aspecto de grandes jaulas de pájaros por su enrejado.

Pero incluyen todo lo que un gato pueda soñar: varios pisos a los que saltar, trepar y sobre los que observar. Túneles, juegos, plantas, bebederos y troncos para arañar y trepar. Además, si no dispones de patio, también hay un modelo especial que se puede instalar en un balcón o ventana.

El punto de originalidad de estos catios está en que para que tu mascota acceda a su “jardín de juegos” no hace falta que tu le transportes desde la casa hasta el catio, sino que son estructuras que deben instalarse donde haya una ventana, y en esta se perfora el cristal para dejar una abertura, a modo de puerta, para que el gato sea libre de salir al exterior y acceder al catio.

Sin duda se trata de una excelente opción si crees que tu gato necesita más contacto con el exterior, y que resulta tan cómoda para ti como segura para él.

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