Embarazo: ¿qué hay de cierto en estos mitos?
¿Cuál será el sexo del bebé?, ¿le aparecerán manchas en la piel si no como chocolate?, ¿es mejor esperarme a que la luna esté llena para concebir un hijo? Son algunos temas recurrentes durante la gestación y que más juego dan para alimentar mitos y creencias.
Dr. Eduardo Junco
Colabora desde hace más de 20 años en la revista ¡HOLA! con artículos de divulgación y actualidad médica. En esta pequeña sección encontrarás información sobre todos los temas que afectan a nuestra salud y bienestar diarios. Y todo ello contado con un estilo ameno, didáctico y profesional.
Durante el embarazo escucharás numerosas creencias, recomendaciones, todo el mundo tendrá una receta mágica 'para' y muchas te contarán qué les resultó útil durante su gestación (aunque a ti no te sirva). También oirás especulaciones, como por ejemplo, si será niño o niña antes de saberlo mediante una ecografía. Y, por supuesto, no faltarán esos consejos que te recomendarán hacer caso a tus antojos, no vaya a ser que por ignorarlos vayan a salirle manchas en la piel a tu bebé. ¿Qué hay de verdad en todo ello? El doctor Eduardo Junco repasa algunos de los mitos del embarazo más frecuentes y te explica cuál es la realidad, gracias al conocimiento que aportan los avances tecnológicos.
- Relacionado: Estos son los 10 síntomas del primer mes de embarazo
El origen de los mitos
Los mitos tienen su origen en relatos tradicionales de acontecimientos extraordinarios que, trasmitidos oralmente, pasan de generación en generación, mantenidos por la falta de información y la ignorancia, y que de tanto repetirse y ser oídos, se acaban considerando como algo cierto y con fundamento. En los ambientes donde el nivel cultural y de información es menor y más bajo, estas creencias populares persisten en el tiempo, generalmente, difundidas por las personas de edad.
El embarazo, la concepción, el sexo del bebé y el parto son situaciones cargadas de emotividad y de cierto misterio, por lo que han sido terreno propicio para que las creencias populares y los mitos proliferen.
En la actualidad, la medicina moderna con los medios de que dispone de alta tecnología, han transformado el embarazo en algo cotidiano, conocido desde su inicio hasta el mínimo detalle y seguido desde el principio hasta el final por los padres, con toda la información posible a su alcance. Sin embargo, aún siguen persistiendo algunos mitos del embarazo. Detallamos a continuación algunos de los más conocidos.
La forma del vientre determina si es niño o niña
Todos hemos oído decir que la forma del vientre puede determinar el sexo del bebé. Por ejemplo, si es redondeada saldrá niña y si es picuda, niño. Otro mito relacionado con el género señala que si la concepción ha tenido lugar en días impares, con la luna en cuarto menguante, se concebirá un niño. Si se produce en días pares, con luna llena, una niña. Otra falsa creencia determina que si al final del embarazo el abdomen está descendido, nacerá un niño, y si está alto, será una niña.
La realidad. Hoy en día, se puede conocer el sexo del niño a partir de la semana 12 y 16 mediante una ecografía. Actualmente, no existen, o no se conocen, otras formas naturales de actuación para la elección del sexo del bebe.
- Relacionado: ¿Se puede saber si es niño o niña por los síntomas de embarazo?
No puede llevarse la contraria a una mujer con antojos
La creencia popular ha recomendado siempre a los futuros padres no contrariar a la madre embarazada si tiene un antojo, pues si no se satisface puede lugar a alteraciones en el niño, como manchas en la piel. Otra creencia: si una mujer tiene antojos por alimentos salados, es que el bebé es un niño. Al contrario, si es por algo dulce, nacerá niña.
La realidad. Las manchas rojas en la piel con las que algunos niños nacen no tienen nada que ver con causas externas o ambientales. Se trata de angiomas, que son pequeñas tumoraciones benignas. Estos pueden ser planos (parpados, entrecejo, nuca) y suelen desaparecer en poco tiempo, o pueden ser tuberosos (con relieve) que deben ser controlados en su evolución por el pediatra.
Si estás embarazada, tienes que comer para dos
Este mito está basado en la creencia de que la madre gestante tiene que comer mucho para alimentar al niño y que este se desarrolle con éxito.
La realidad. En la actualidad, los ginecólogos recomiendan más bien lo contrario, es decir, comer poco y, en ocasiones, hasta hacer algo de dieta. Comer mucho y ganar excesivo peso durante el embarazo es perjudicial para la madre y el niño. Favorece la aparición de diabetes gestacional y de hipertensión.
Cada embarazo, una muela
Esta creencia habla de que los embarazos repetidos y seguidos fuerzan tanto el organismo de una mujer que acaba sufriendo un déficit de calcio y la pérdida de una pieza dental, como una muela.
La realidad. Una vez formada la pieza dentaria esta no se altera por la disminución de las reservas de calcio. Sin embargo, sí es cierto que los embarazos seguidos y repetidos pueden provocar anemia en la mujer gestante.
- Relacionado: Los mitos y verdades de la salud dental en el embarazo
El embarazo y la luna
La luna es un recurso muy utilizado a la hora de protagonizar mitos y falsas creencias en el embarazo. Por ejemplo, la luna llena da lugar a un mayor número de partos y durante el periodo de luna llena es más fácil quedarse embarazada. Igualmente, los eclipses estaban considerados como perjudiciales para la madre gestante y exponerse a ellos podía ocasionar malformaciones en el niño.
La realidad. No hay evidencia científica ni estadística de estas aseveraciones. En la actualidad, con el gran número de partos inducidos y cesáreas programadas, quedan pocos partos normales y la estadística no es fiable.
Podríamos seguir con infinidad de creencias, las cuales, por otra parte, suelen ser muy locales, diferentes y, a veces, encontradas. Todos estos mitos tienen que ver con las relaciones sexuales durante el embarazo, los alimentos y bebidas para producir más leche, la higiene y los baños de la embarazada, la actividad física y la práctica de deporte, por ejemplo. En su mayoría no tienen ningún fundamento científico ni estadístico.