Psicología

Trastorno bipolar, depresión, psicopatía: los problemas mentales de moda en el cine

Muchas películas hablan de problemas mentales como el trastorno bipolar, la depresión, la demencia o la psicopatía. Y es que las enfermedades psiquiátricas han sido ampliamente retratadas en el cine. Rebuscamos en la filmoteca qué otros ejemplos nos ayudan a entender mejor estas patologías

por Nuria Safont

Algunos de los trastornos mentales que más aquejan a la población se han convertido en un filón para la industria cinematográfica. Desde psicópatas hasta bipolares, los protagonistas de estas historias han alimentado nuestra imaginación contribuyendo, a veces, a desestigamatizar la enfermedad. Sin embargo, otras muchas, también tienden a  ofrecernos una imagen distorsionada de ella. Así lo advierte el doctor Eduard Vieta, jefe del Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona: “la mayor parte de películas y series dan una imagen deformada y amenazadora de los trastornos mentales. Aunque hay que admitir que hay buenos ejemplos.

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Es el caso de films como ‘Una mente maravillosa’. En esta película sobre la esquizofrenia, una enfermedad mental grave que afecta algunas funciones cerebrales tales como el pensamiento, la percepción, las emociones y la conducta, “se usa un lenguaje cinematográfico para trasladar el concepto de esta patología a los espectadores. En este sentido, le falta cierto realismo y se usan ‘trucos’ para hacer más comprensible la enfermedad, pero no me parece mal, ya que se trata de ficción, no de un documental”, opina el especialista en psiquiatría. 

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Trastorno bipolar en el cine

El lado bueno de las cosas’ es otro ejemplo que nos recomienda el experto. En ella, el protagonista (Bradley Cooper) tiene un trastorno bipolar y ella (Jennifer Lawrence) un trastorno límite. “Son trastornos mentales que se parecen”, explica el doctor Vieta. Pero en realidad son distintos. El trastorno bipolar (TB) es una enfermedad caracterizada por fases de manía (hiperactividad, euforia, irritabilidad, disminución de la necesidad de dormir, aumento del interés sexual, gastos exagerados) y de depresión (tristeza, apatía, pérdida de interés por las cosas, insomnio, fatiga, inhibición social, entre otras). El trastorno límite, por su parte, acusa de forma excesiva los problemas interpersonales. En esta película, además, hay un tercer personaje, que encarna Robert de Niro, y que sufre un trastorno obsesivo-compulsivo, un problema caracterizado por pensamientos, ideas, sensaciones o conductas obsesivas y recurrentes que generan ansiedad, inseguridad, temor, fobias o aprensión. 

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Otro buen referente de bipolaridad en el cine es el de Carrie Mathison (Claire Danes), protagonista de ‘Homeland’, una de las series de moda. “Se trata de un buen retrato de la bipolaridad, ya que trata la enfermedad de una forma seria y equilibrada, y muestra cómo otros personajes tienen prejuicios hacia la protagonista por su trastorno y, especialmente, por los tratamientos a los que tiene que someterse”, afirma el doctor Vieta.

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Los asesinos múltiples nos atraen 

Dexter’, ‘Mindhunter’, ‘Manhunt:unabomber’… arrasan en las plataformas de visionado online como Netflix. ¿Por qué nos gustan tanto las series de asesinos múltiples y psicópatas? Vicente Garrido, una autoridad mundial en esta materia, y autor del ensayo ‘Asesinos múltiples y otros depredadores sociales’ (ed. Ariel), señala en su libro que “los relatos acerca del mal son atractivos porque representan amenazas evolutivamente relevantes; las ficciones de crímenes y matanzas estimulan en nuestro cerebro simulaciones de respuestas que nuestro ADN exige como un mecanismo automático cada vez que se activa el instinto de supervivencia”.

La película ‘Tenemos que hablar de Kevin’, basada en el libro del mismo nombre de la autora Lionel Shriver (ed. Anagrama) es otro ejemplo que puede ponernos la piel de gallina ya que narra la terrible verdad que se esconde detrás de la mente de un psicópata y la pesadilla que pueden llegar a vivir sus familiares. De hecho, esta historia refleja el eterno debate sobre si una persona con esta personalidad nace o se hace. “Los psicópatas son los personajes que dan más juego en el cine”, afirma el doctor Eduard Vieta y continúa: “'Tenemos que hablar de Kevin’ es particularmente buena y dura. También lo es ‘A sangre fría’. En cuanto a ‘El silencio de los corderos’ lo considero un buen largometraje pero suspende en psicopatología”.

Entonces, ¿qué ingredientes tiene que tener una película que retrate, acertadamente, un trastorno mental? Para el doctor “lo más importante es que sea “cercana a la realidad y que no se sirva de arquetipos y prejuicios sociales para manipular al espectador. Esto, no obstante, no implica necesariamente renunciar al lenguaje cinematográfico ni a la fantasía”.

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Depresión, psicosis, estrés postraumático

Para entender otros problemas psiquiátricos que pueden afectarnos como, por ejemplo, la depresión el doctor recomienda películas como ‘Gente corriente’ y ‘Pollock’. Del trastorno obsesivo-compulsivo, ‘Mejor imposible’. Si lo que queremos es entender cómo funciona la mente de una persona con estrés postraumático es imprescincible que veamos 'Taxi Driver' o que nos fijemos en cuáles son los miedos del carismático excombatiente de guerra de la aclamada 'Forrest Gump', el teniente Dan. 

En el terreno de los trastornos neurodegenerativos, como la demencia, el experto aconseja ver ‘Nebraska’, película que confiesa haber encontrado entrañable. En el largometraje, en blanco y negro, Bruce Dern encarna un anciano con síntomas de alzhéimer que emprende un viaje de reencuentro con su hijo David. 

Mención especial tiene, también, 'Iris', un biopic que narra la historia de Iris Murdoch (Judi Dench), considerada una de las mejores autoras de Inglaterra y que retrata cómo se enfrentó al alzhéimer cuando empezó a sentir los primeros síntomas de la enfermedad que acabó con su vida. Y, por supuesto, 'El hijo de la novia' tierno y desgarrador relato que refleja cómo se sobreponen al dolor un padre (Héctor Alterio) y un hijo (Ricardo Darín) cuando su madre se ha perdido para siempre en el olvido de la memoria. 

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Cine que nos acerca la realidad para comprenderla 

La enfermedad que sufre Nina (Natalie Portman), la protagonista de 'El cisne negro' no está muy clara, pero se sospecha que se trata de un trastorno límite de la personalidad que conduce a la bailarina a la búsqueda de la perfección, a autolesionarse. Esta actitud autodestructiva y el rechazo a su propia sexualidad ha sido, posiblemente, acuciada por su madre, intepretada por Bárbara Hershey, que ha proyectado en su hija su deseo de triunfo. 

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En la misma línea se encuentra 'Hasta los huesos', un conmovedor retrato de los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia. En la película podemos sentir la angustia de la protagonista, encarnada por Lily Collins, que se enfrenta al terrible sentimiento de culpa y de frustración cuando trata de hacer frente a su enfermedad. 

En definitiva, el cine, siempre que retrate la enfermedad de forma rigurosa, es una excelente vía para acercarnos a la complejidad de los trastornos mentales, entenderlos y relacionarnos mejor con los pacientes que las sufren. Tal como señala Carlos Muñoz Gutiérrez, en el prólogo del libro 'El factor humano en pantalla. Un paseo por la psicología desde el patio de butacas', (Ed. Complutense), con las historias y los personajes sentimos las emociones, las alegrías y  las penas. "El cine, más que nada, es el mundo en donde forjamos un conocimiento que la realidad no permite, pero que nos exige". 


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