Soy vegana, ¿puede serlo mi perro?

Tu perro es un miembro más de la familia. Si el ambiente que se respira en la casa es tranquilo o es acelerado marca su personalidad perruna, y también los hábitos horarios o el clima afectivo. Pero ¿la dieta también se puede trasladar al perro?

Por Cristina Soria

Si eres vegana probablemente sea porque has considerado muy en serio todo tu esquema de valores sobre el uso de materia animal en la alimentación (y en la cosmética o la moda). Que además tengas perro demuestra una vez más tu amor por los animales, y esto sin duda te hace empatizar con todos sus problemas y necesidades. Por eso en ocasiones te puedes plantear ¿mi perro puede también ser vegano?

Lo cierto es que no son pocas las veces que vemos cómo nuestra mascota come felizmente una fruta o verdura, y no solo cuando se la damos en el plato. No es extraño estar cocinando, partiendo zanahorias o pelando una manzana, y que el perro cace al vuelo un trozo de estos vegetales que se nos caen.

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Los humanos somos omnivoros, los perros no

Los perros son animales carnívoros, negar ese hecho va en contra de lo que es realmente un perro. Cada vez es más frecuente tender a la humanización de las mascotas, y los especialistas veterinarios comienzan a alertar sobre ello. Es normal, porque forman parte de la casa y la mayoría de las veces parece que nos escuchan, entendiéndonos y queriendo imitar nuestros pasos. Pero no, los especialistas en nutrición animal determinan sin lugar a duda que la carne es una pieza fundamental de la alimentación de tu perro, y no puede obtener sustitutos.

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Si bien es cierto que una alimentación equilibrada para nuestro perro debe incluir vegetales, bien sea como parte de su pienso, bien como piezas frescas que pongamos en su comedero. Pero eso no quiere decir que pueda ser vegano o vegetariano, pues privarle de la carne constituye un problema muy serio para su salud.

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El ser humano es omnívoro, por lo que su aparato digestivo puede permitirse basar su alimentación en vegetales y podemos rechazar la carne. Un perro puede sobrevivir sin carne, si se realiza un análisis pormenorizado de lo que ingiere y se trata de incluir proteínas que suplan las de origen animal, pero lo más probable es que desarrolle carencias alimentarias. Pese a que puede que no note diferencia si utilizamos saborizantes, etc, lo cierto es que hacer posible que su dieta sea vegetariana no lo hace correcto. De la misma manera que obligar a un perro a caminar siempre a dos patas no lo sería, puesto que lo hace sobre cuatro por naturaleza.

Si privamos a un perro de la carne, estamos negándole el aminoácido L-carnitina y la taurina,  que no tienen sustituto en versión vegetal y son necesarios en la alimentación del perro. Aunque le añadamos suplementos, lo más probable es que el perro acabe demostrando carencias significativas de vitamina B12 y D, así como de ácidos grasos araquidónico y linoléico.

Excesiva antropormofización

El amor hacia los perros es algo que acompaña al ser humano desde mucho, sin embargo las campañas de publicidad y los productos para mascotas cada vez tienden a humanizar más a nuestro perro, en ocasiones haciendo una correlación entre él y un hijo. La ropa para perros, los snacks que casi parecen tuppers delicatessen, los juguetes para entretenerse en casa… Todo acaba adquiriendo una estética que en ocasiones está enfocada 10% para el perro y 90% para el dueño.

Cuanto más les queremos, más cerca de nuestro ideal de “familia” les queremos ver, sin embargo, entender que un perro es un animal que puede ser humanizado puede que sea, precisamente, contrario al amor por los animales. Porque si los perros son carnívoros lo son por necesitar la proteína animal en su dieta, y porque todos sus instintos proceden de esa alimentación.

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