Cuando hablamos del aceite de colza, lo primero que se nos pasa por la cabeza es que es poco saludable y que para nada lo utilizaríamos para cocinar. Todo este rechazo a un aceite (nutricionalmente hablando) bastante saludable, se debe a una intoxicación que se produjo en nuestro país en el año 1981. La venta de una partida de este aceite desnaturalizado -que jamás debería haber sido consumida por humanos- se encontraba adulterado con restos de plaguicidas y causó la muerte de miles de personas y el envenenamiento de muchas más dejando secuelas irreversibles.
Tal y como nos cuenta la nutricionista y colaboradora de ¡Hola!, Marta Lorenzo, en España es difícil encontrar a alguien que admita que en su día a día utiliza aceite de colza, siendo el de oliva y el de girasol los que predominan con diferencia en los hogares y supermercados. Sin embargo, paradójicamente, es la oleginosa (vegetal de cuya semilla o fruto puede extraerse aceite) más cultivada en la Unión Europea convirtiéndola, además, en la más consumida en países como Alemania.
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Aceite de colza, más que apto para el consumo
Según Marta Lorenzo, el aceite de colza, también denominado de nabina, no supone ningún riesgo para la salud y además es válido para consumirlo en crudo (así lo hacen miles de millones de personas a diario). También debemos tener en cuenta que, el cultivo de este aceite resulta muy económico, consiguiendo grandes beneficios en pocas hectáreas y destacando la facilidad de su producción.
Si nos centramos en la calidad del aceite, en cuanto a su palatabilidad y su contenido nutricional, podemos también referirnos a este como un aceite de excelencia. "Su contenido en ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico, corresponde al 60% de su composición y, prácticamente el resto, lo forma los ácidos poliinsaturados, como el ácido linoléico (también cocido como omega 3)", explica la experta. Además, es especialmente bajo en ácidos grasos saturados (7%), al contrario que, por ejemplo, el polémico aceite de palma.
Aún hoy hay muchas personas que piensan que nunca han consumido este tipo aceite, pero la realidad es que, incluso sin ser conscientes, todos lo hemos ingerido en algún momento de nuestra vida. Y es que, según la nutricionista, el aceite de colza se utiliza en todo tipo de alimentos precocinados y procesados como pueden ser las galletas, las pizzas o la bollería. No obstante, algunos fabricantes todavía se resisten a llamarlo por su nombre, por lo que, si lo buscamos en el etiquetado, solo lo encontraremos con el nombre de aceite de nabina.
En definitiva, hablamos de un producto completamente saludable y, por ende, apto para consumir, pero que todavía tiene el nombre muy dañado. Sin embargo, no deberíamos renunciar a los beneficios que este puede aportarnos, ya que lo que ocurrió hace tantos años podría haber pasado con un aceite de cualquier origen, siempre que hubiera sido sometido a un tratamiento inadecuado y fraudulento.
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