El uso del móvil a todas horas hace que nos nos podamos acostumbrar a no tener la mente ocupada en una misma tarea más de unos segundos. El hábito de concentrarnos y demostrar cuidado y mimo en lo que hacemos puede verse mermado por la sociedad llena de estímulos en la que vivimos.
Esto puede representar muchos problemas a la hora de trabajar tu cuerpo en el entrenamiento físico, pues el cuerpo se ejercita mejor cuando tu mente está volcada en cada uno de tus actos. No queremos decir que si te concentras mucho lograrás un vientre plano, sino que si no estás plenamente concentrada mientras entrenas puede que tu ejercicio no se aproveche al máximo e incluso que sufras lesiones.
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Cuidado con la música
Una de las motivaciones para hacer ejercicio es la música. Cuando corremos, hacemos bicicleta o ejercicios, la música nos emociona y ayuda a sobrellevar la fatiga, evade nuestra mente del esfuerzo y nos ayuda a quemar etapas. Porque una canción apenas dura dos minutos, y luego, otra y otra… hasta que cuando quieres darte cuenta, ya has terminado.
Sin embargo, el hecho de llevar un móvil continuamente con nosotros para escuchar música hace que nos distraigamos con cualquier cosa: redes sociales, emails, noticias… A cada distracción, perdemos tiempo y descuidamos nuestra intensidad. Un consejo: pon el móvil en modo avión durante el tiempo que estás en el gimnasio. El mundo puede esperar una hora. Solamente debes asegurarte de descargar la música que quieres escuchar y así no hay problema; de hecho así lo hacías en los 90 cuando no existían la música en streaming.
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Pantallas allá donde mires
Si la pantalla de tu móvil no es la que te distrae, hay un sinfín de otras pantallas que llaman tu atención. Ahora los gimnasios incorporan televisores allá donde mires, en la pared e integradas en los propios aparatos, donde puedes incluso conectar tu propio usuario de vídeo para seguir tus series favoritas.
Ver la tele cuando haces ejercicio te ayuda a pasar el tiempo más rápido, pero cuando tu mente está en una serie o en un informativo lo más probable es que tu cuerpo baje la intensidad, dejes de esforzarte al máximo y conviertas tu entrenamiento en una rutina más lineal.
Los cinco sentidos en tu postura
Perder algo de tiempo en una distracción, como la música o una serie puede ser un mal menor, porque probablemente consideras que te aporta un beneficio suficiente: hace que tu tiempo entrenando sea más llevadero. Por eso, tal vez te compensa.
Sin embargo hay otro efecto secundario de estas distracciones, y se trata de algo tan serio como las lesiones musculares. Cuando escuchamos música y realizamos ejercicios, podemos estar descuidando nuestras posturas, y a la larga sufrir una lesión. Además, estamos absortos, y quien nos vea y aprecie que estamos realizando un mal movimiento, no tendrá fácil hablar con nosotros para sugerirnos que cambiemos de postura. Por lo que es importante que elijas bien en qué momentos de tu entrenamiento puedes escuchar música, y en cuáles es preferible que pongas todos tus sentidos en lo que estás haciendo.
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