El colágeno está de moda. Se habla de él en belleza y, últimamente, también se aconseja el consumo de suplementos de colágeno para deportistas, ya que los expertos afirman que, además de mejorar el aspecto de la piel, también tiene un impacto positivo en la salud de las articulaciones. De ahí que muchas personas, especialmente, las que empiezan a practicar un ejercicio como correr se pregunten si deben tomarlo.
Antes de empezar a tomarlo es aconsejable que un especialista lo prescriba. Y, sobre todo, hay que valorar el grado de intensidad de la actividad que se practique, ya que los requerimientos de suplementos deportivos varían según el desgaste que el ejercicio produzca. También depende de otros aspectos como la dieta, el descanso e, incluso, el calzado que llevamos, aspectos mucho más decisivos a la hora de preservar la salud de nuestras articulaciones. Hablamos con varios expertos para que nos expliquen cuáles son las propiedades de esta sustancia y si se es aconsejable que empecemos a consumirla.
- Relacionado: Alimentos ricos en colágeno: la clave para una dieta 'antiaging'
¿Qué es el colágeno?
El colágeno es una proteína natural de nuestro organismo, responsable de la estructura de nuestros huesos, así como de todos los elementos que intervienen en las articulaciones (cartílagos, ligamentos y tendones). Podemos pensar en él como una especie de ‘pegamento’ que mantiene unido nuestro cuerpo y que le aporta elasticidad.
Se sintetiza a partir de los alimentos que consumimos, fundamentalmente, los de origen animal. Así lo explica Sonia Carreño, directora general de Q77+: "nuestro cuerpo puede producir su propio colágeno, pero solo cuando la dieta proporciona todos los nutrientes necesarios: magnesio, calcio, vitamina A, B, D y E, ácidos grasos esenciales y antioxidantes. Todo este conjunto de nutrientes retrasa el deterioro del colágeno y ayuda a la síntesis de nuevos tejidos".
Debido al proceso de envejecimiento, a lo largo de los años el cuerpo disminuye la producción de esta esencial proteína. "A partir de los 25 años se empieza a perder y a los 40 ya producimos la mitad que a los 20. Por eso, cuando llegamos a la década de los 30 empiezan a aparecer los primeros signos de envejecimiento, como consecuencia de la lentitud en los procesos metabólicos, entre ellos, los de colágeno", señala. De ahí que sea uno de los ingredientes estrella en los productos de belleza. Pero, ¿por qué también para los deportistas?
- Relacionado: ¿Es el 'running' la mejor alternativa si estás intentando perder peso?
VER GALERÍA
Colágeno para deportistas, ¿sí o no?
“El consumo de colágeno en personas que realizan una actividad física es controvertido, principalmente, por su absorción. De la cantidad que se toma solo llega una parte ínfima al lugar donde se necesita. De hecho, lo ideal sería que el colágeno se aplicase o se estimulase para una zona concreta, para la necesitada, más que a nivel general (que es lo que normalmente se hace)”, explica el doctor en Fisioterapia Manuel Rozalén, Director de Fisioserv y Clínica Rozalén. Pese a todo, "es bueno porque en los deportes de impacto evita el desgaste y la fricción (que no haya tanto roce) y también amortigua las articulaciones", afirma.
Esto es especialmente importante para aquellas personas que practican una actividad intensa, por ejemplo, los deportistas profesionales o aquellos que realizan deporte cada día. En todas ellas, el colágeno ayudará a:
- Prevenir las lesiones deportivas.
- Disminuir el dolor articular.
- Mejorar la elasticidad y la movilidad de las articulaciones.
- Prevenir y aliviar los síntomas derivados de osteoartritis.
- Reparar, regenerar y fortalecer la estructura de ligamentos, tendones, articulaciones y huesos.
Esto es debido a que las actividades de alto impacto y los deportes de alta intensidad ejercen un estrés en las articulaciones que puede provocar dolor y lesiones. Sin embargo, el doctor Rozalén recuerda que no es la solución para todo.
Descanso, sueño y calzado, la mejor prevención para el desgaste
En la misma línea se expresa el experto en Salud Ata Pouramini. El autor de 'Tú eres tu medicina' opina que, siempre que se cuiden otros aspectos, como un equilibrio nutricional, la toma de suplementos no es necesaria. Sobre todo, "teniendo en cuenta que todavía no hay evidencias científicas que demuestren sus efectos beneficiosos si lo tomamos en pastillas". Para Pouramini, hay otras formas más eficaces para prevenir problemas y mejorar el rendimiento.
Por ejemplo, descansar lo suficiente. Esto es básico tanto en profesionales del deporte como en cualquier persona que de pronto salga a correr o realice alguna actividad. Según diversos estudios, los deportistas que duermen entre cinco y seis horas tienen un rendimiento un 60 por ciento menor que los que lo hacen durante ocho horas. "Si se duerme durante ocho horas, la habilidad y capacidad de realizar el ejercicio deportivo se incrementa en un 30%, lo que evita lesiones de forma considerable. Un deporte en el que este dato se observa de manera considerable es en el esquí", señala Pouramini.
El buen calzado es esencial. También realizar los estiramientos previos y posteriores al ejercicio. Así como el conocimiento del deporte y la adaptación previa. "Hoy en día hay mucho atrevimiento a la hora de ponerse a realizar todo tipo de deportes, incluso los que conllevan gran riesgo de lesiones, como el crossfit", alerta el experto.
Por último, no ignorar los dolores y molestias. "A veces nos encontramos mal y seguimos haciendo deporte. Por eso es muy importante consultar si se debe o no parar", aconseja.
¿Existen efectos secundarios?
Si a pesar de todo se van a consumir suplementos de colágeno, es importante, como decíamos, que sea un especialista quien prescriba la dosis y la duración del tratamiento. No es una sustancia con graves efectos secundarios, siempre que no se superen los 10 gramos diarios ni se prolongue el tratamiento durante mucho tiempo. Las personas que sufren diabetes, problemas renales o hepáticos o si se es propenso a padecer problemas digestivos deben preguntar antes de consumirlo.
- Relacionado: Suplementos en la dieta, ¿sí o no?