La manzana es una de las frutas más populares por méritos propios. Pues es fácil de transportar, su sabor tiene personalidad pero no resulta ni muy empalagoso ni demasiado efímero, y atesora multitud de propiedades beneficiosas para tu salud.
Disponemos de ella todo el año, pese a que su temporada es hacia el final del verano y principios del otoño. Sin embargo es una fruta muy resistente, puede aguantar hasta 6 meses sin deteriorarse ni perder nutrientes.
Leer: La manzana, un gran aliado para un cutis perfecto
Cuando la pectina entra en el organismo, se hace notar
Uno de los mejores tentempiés para tomar a media mañana es una manzana, gracias a su efecto saciante que reside en un hidrato que se comporta como una fibra natural, y que se encuentra en la pulpa de esta fruta. Se llama pectina, y cuando llega al estómago envía un mensaje al cerebro que viene a decir “Ya he llegado, el estómago está lleno”.
Esta fibra y otros antioxidantes provenientes de la manzana nos ayudan a eliminar toxinas durante el proceso de digestión, pues es cuando la pectina se convierte en un depurativo que, gracias a su capacidad de absorción, capta sustancias de desecho del intestino y las conduce hasta las heces, liberándonos de ellas.
Mediante ese proceso depurativo la pectina ejerce un efecto secundario beneficioso también para tu bienestar, al retrasar la absorción de algunos nutrientes en el sistema digestivo, haciendo más lenta la digestión, ralentizando el vaciado gástrico, y ayudando a regular el metabolismo. Esa ralentización producida por la pectina también a los azúcares, por lo que una manzana puede facilitar una mayor tolerancia a la glucosa en diabéticos, al disminuir la velocidad con la que los azúcares pasan del estómago al duodeno, minimizando el pico de azúcar en sangre.
Leer: Estas son las frutas y verduras más saciantes
Buena para la regulación de tu colesterol
Por si fuera poco, esta sustancia también tiene un efecto positivo en tu organismo ayudando a controlar los niveles de colesterol en sangre. Cuando las pectina se une a los ácidos biliares, que son el resultado de la degradación del colesterol, fuerzan su eliminación junto a las heces.
Esto hace que la pectina sea considerada un regulador de los niveles de colesterol en sangre, contribuyendo así a minimizar las probabilidades de que padezcas enfermedades cardiovasculares.
No solo está presente en las manzanas
Sin embargo, tomar una manzana de forma aislada para ingerir pectina no es una solución milagrosa. Para beneficiarnos de sus propiedades es necesario que todos los días incluyamos alimentos que la contengan, no sólo manzanas. Este hidrato también está presente en otros alimentos de origen vegetal, como las uvas, naranjas, zanahorias, membrillo y castañas.
También consumiendo mermeladas de origen 100% natural puedes estar ingiriendo pectina, pues se utiliza como ingrediente natural para preparaciones caseras de mermelada, dado que minimiza el uso de azúcares para estas confituras y compotas. Cuando la pectina entra en contacto con el agua se transforma en un gel o jalea que y se convierte en un perfecto ingrediente para solidificar el zumo de frutas.
Leer: Tres zumos 'detox' que no son de color verde