Son muchas las dietas de las que hemos oído hablar y, la mayoría de las veces, las asociamos directamente al proceso de adelgazamiento. No obstante, no todas tienen esa función ni son igual de saludables. Una de las mejores y más recomendadas cuando sufrimos descomposición estomacal y sus respectivos síntomas (diarrea, náuseas, debilidad y falta de apetito), es precisamente la dieta astringente.
Pero, ¿cuál es el objetivo de esta dieta? Según la nutricionista y colaboradora de ¡Hola!, Marta Lorenzo, su finalidad es reducir el número y volumen de las deposiciones diarias y mejorar su consistencia. De esta manera se recuperan los minerales y líquidos perdidos después de una enfermedad o dolencia estomacal (generalmente gastroenteritis), tras la cual el organismo se ha deshidratado. Esta dieta se basa en la combinación de alimentos astringentes, es decir, que estriñen o estrechan los tejidos, para así recomponer nuestro sistema digestivo y prevenir los déficits nutricionales y la pérdida de peso. Una planificación de comida idónea para cualquier edad, incluso para niños.
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Consejos para seguir una dieta astringente
- Evitar alimentos ricos en fibra como las verduras, la fruta y los cereales integrales. Estos se irán introduciendo de nuevo en la dieta según vaya mejorando la salud de la persona.
- Debemos eliminar la leche, ya que además de incrementar el residuo fecal (a pesar de no tener fibra), el exceso de diarreas puede dañar las paredes intestinales. En consecuencia, se reduciría el contenido de la enzima que digiere la lactosa (la lactasa), lo que ocasionaría problemas serios en la digestión de la leche.
- Limitar los alimentos grasos o cocinados con mucha grasa como, por ejemplo, los fritos, rebozados, guisos, embutidos, etc., ya que ralentecen la digestión e irritan la mucosa intestinal, perjudicando doblemente a nuestro intestino.
- Eliminar los alimentos que resulten flatulentos como las verduras y legumbres.
- Reducir aquellos alimentos o bebidas que puedan favorecer el movimiento intestinal como el alcohol, el café, el chocolate o los zumos muy azucarados.
- Es importante consumir los alimentos a una temperatura templada, ni muy fríos ni muy calientes, para no acelerar el tránsito intestinal.
- No ingerir demasiada cantidad en una sola comida; lo ideal es comer más veces, pero poca cantidad, evitando así las malas digestiones.
- Es muy importante el aporte hídrico para evitar la deshidratación, por lo que debemos ingerir como mínimo 1,5 o 2 litros de agua al día.
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¿Cuáles son los alimentos más recomendables en este tipo de dieta?
- Arroz hervido. Contribuye a mejorar la consistencia de las deposiciones líquidas. Si, además, conservamos el agua que hemos utilizado para cocer el arroz, lo mezclamos con agua caliente hasta obtener un litro y le añadimos una cucharada de sal, conseguiremos un líquido altamente astringente e isotónico que nos puede ayudar, sobre todo, en la primera fase de una gastroenteritis aguda.
- Manzana. Es muy rica en pectina, un compuesto que posee una gran capacidad de retención de agua, y su formación de sustancias viscosas contribuyen a la consistencia de las deposiciones. Además, tiene bastante poder astringente gracias a otro compuesto llamado ácido málico.
- Zanahoria. Tiene una cantidad importante de pectina y potasio, siendo este último un mineral muy importante en el equilibrio hídrico del organismo y, por lo tanto, su aporte en la dieta puede ayudar a reponer las pérdidas debidas a las deposiciones diarreicas.
- Té. Su contenido en taninos le hace una bebida astringente.
- Membrillo. También contiene tanto taninos como pectina, por lo que es ideal su ingesta en una dieta astringente.
- Patata. Se recomienda su consumo en este tipo de dieta principalmente cocida o en puré.
- Plátano maduro. Se considera el alimento estrella para el estreñimiento, y cuanto más maduro sea, mejor es su digestibilidad y absorción intestinal.
- Pescado y carne. Se recomienda introducir antes el pescado que la carne, y siempre empezar por cocinarlo hervido.
- Yogur. Es preferible empezar a añadirlo a la dieta cuando las deposiciones sean más pastosas.
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