La respuesta es clara: actividad física y ejercicio no son lo mismo. Así nos lo confirma Jesús Pérez desde el Colegio Oficial de Licenciados de E.F. y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Comunidad de Madrid. Una revisión terminológica basta para aclarar las dudas, asegura. "Según la Organización Mundial de la Salud, actividad física es un movimiento corporal producido por la acción muscular voluntaria que aumenta el gasto de energía"; por otro lado, "según Caspersen, Powell y Christenson (1985), ejercicio es la actividad física planeada, estructurada, repetitiva y dirigida con el objetivo de mejorar o mantener uno o varios de los componentes de la aptitud física".
En la vida cotidiana esta diferenciación se distingue en casos como el siguiente. Siempre que nos movemos para ir desde casa hasta la parada del tren estaríamos realizando un gasto energético y, por tanto, una actividad física. Si, por el contrario, nos preparamos para una carrera haciendo de forma sistemática series de 1000 metros con 2 minutos de recuperación estamos hablando de ejercicio físico, ejemplifica el experto.
Tercer término en discordia: deporte
En muchos casos se utilizan los términos de actividad físico-deportiva o actividad deportiva, anota Jesús, pero "se entenderá por deporte todo tipo de actividades físicas que, mediante una participación, organizada o de otro tipo, tengan por finalidad la expresión o la mejora de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o el logro de resultados en competiciones de todos los niveles, según recoge el Consejo de Europa, Rodas 1992 (revisado en 2001)".
Salud y responsabilidad
La práctica de ejercicio y la práctica deportiva están cada vez más de moda, lo que ha favorecido que se pongan de relevancia otras connotaciones paralelas a esta práctica, como son las sociales y las relacionadas con la salud. Sin embargo, tan importante es abandonar el sedentarismo como afrontar los retos con cabeza y responsabilidad. En este sentido, el experto de COPLEF Madrid es muy claro: "un programa de ejercicio debe ser planificado, programado y supervisado por un entrenador/preparador físico colegiado en la materia. Un profesional evaluará muchos factores: la edad de la persona, estado de condición física, antecedentes de práctica deportiva, antiguas lesiones, etc."
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Un desafío físico bien entendido está dirigido a la pérdida de grasa, y este debe ir siempre acompañado de unas pautas nutricionales que tiene que marcar un especialista, quien, por su parte, debe actuar de forma conjunta con el preparador físico. "No se trata de perder peso perdiendo masa muscular, se trata de perder grasa y de garantizar una composición corporal correcta". La combinación de ejercicios de fuerza y entrenamiento interválico de alta intensidad (HIIT) sería lo correcto en este sentido", asevera, "pero este tipo de métodos debe ser introducido dentro de una dinámica de cargas correcta, que lleve al deportista a estar preparado para afrontar estas cargas de entrenamiento".
Concluyendo, la combinación de entrenamiento y una adecuada nutrición es la fórmula ideal para alcanzar los objetivos, que no podemos tomar a la ligera, sino que requieren de la tutoría de un profesional.