Volverás a desayunar cacao por muy buenas razones

Que el cacao deje de ser un placer culpable y se transforme en la mejor forma de empezar la mañana es un deseo inconfesable que podría haberse hecho realidad.

por Cristina Soria

El humeante café que tomas cada mañana para despertarte podría tener sus días contados cuando descubras los beneficios del cacao. Aunque parezca extraño, este alimento ha pasado por varios momentos en los que hemos entendido que una taza de chocolate caliente podría no ser la mejor opción de desayuno, especialmente si queremos perder kilos y sentirnos ligeras. Sin embargo, los estudios confirman que no solamente nos ayuda a controlar el peso y a coger energía, sino que aporta un gran número de ventajas que te ayudarán a comerte el mundo, o mejor dicho, a mojar el mundo en una buena taza de chocolate calentito.

El cacao es rico en magnesio, cobre y es fuente de flavonoides, fibra y vitaminas. Por su potente poder antioxidante, ayuda a prevenir la obesidad neutralizando las grasas y los hidratos. Además, es saciante y pone coto a tu deseo de picotear a lo largo de la mañana.

El Observatorio del Cacao es una asociación científica que analiza el efecto de este alimento, y ha llegado a la conclusión de que, en contra de lo que anteriormente habíamos llegado a pensar, el cacao puro ayuda al control de nuestro peso, porque favorece los procesos metabólicos relacionados con las hormonas. De esta forma, los estudios que han tomado en cuenta el impacto del cacao en mujeres con sobrepeso han llegado a la conclusión de que  consumo habitual, e incluso diario, tanto del cacao como de sus derivados tiene efectos positivos para luchar contra la obesidad.

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Un delicioso efecto saciante

Si tenemos siempre en cuenta aquellos alimentos que producen saciedad, el cacao tiene el derecho a entrar en esa lista, pues aporta un alto nivel de fibra; y tomándolo desde el desayuno garantizamos iniciar el día con energía y sin ese agujerito en el estómago que a veces sentimos cuando apenas ha comenzado la mañana.

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Sin embargo, es vital tener en cuenta que el cacao que podemos introducir en nuestro desayuno, sea con leche, porridge o en repostería casera, ha de ser siempre puro y sin azúcar. De otra forma estaríamos haciendo trampa, y no serviría de nada. En el caso de añadir chocolate negro es muy importante tener en cuenta la concentración de cacao: desde un 85% y en adelante podemos considerar que la presencia de cacao es suficiente.

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El cacao es antiinflamatorio y energético

Los alimentos como el caso del cacao, que aportan un valor antiinflamatorio, se caracterizan porque mejoran el sistema inmune y aumentan las defensas por medio del mantenimiento de la flora intestinal. El cacao no solo realiza estas funciones, sino que además aporta energía, amortiguando los estados de estrés y ansiedad. En suma, el efecto antiinflamatorio y energético del cacao nos da un empujón a nuestro bienestar y nos prepara para afrontar con fuerza el día que tenemos por delante. ¿A que nunca creíste que el desayuno podría ser tan poderoso?

Esto también es posible porque el cacao es un fermentado probiótico, de ahí su poder sobre la flora intestinal. Esta, a su vez, mejora la digestión y favorece que los nutrientes se absorban en mayor medida y se active el sistema cardiovascular e inmunológico. 

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