Cómo combatir el estrés diario

En ocasiones nos sentimos como si a diario lidiásemos una batalla contra el estrés y la ansiedad, que a veces perdemos. Vivir al límite parece lo normal, sin embargo existen claves sencillas para cuidarnos y relativizar el umbral de ansiedad que aguantamos todos los días.

Por Cristina Soria

En la sociedad actual la rutina cada vez es más estresante, llena de obligaciones que incluyen el trabajo, la casa, los niños... Cuando parece que todo está en su sitio y que funciona solo, llegan imprevistos que cambian el estado de las cosas y es como volver a empezar. Puede que ya desde pequeña hubieras escuchado a los adultos hablar de que el día debería tener más de 24 horas, y ahora quizás experimentas ese deseo en tus propias carnes. Sin embargo, ¿dónde queda la calidad de vida? ¿Y la felicidad?

El estrés de nuestras vidas es un reflejo que experimenta nuestra mente en respuesta a la ansiedad de sentir que nos desbordamos, que el cansancio aflora de forma perpetua y que sentimos que estamos a punto de perder el control de la rutina. Nuestro cerebro permanece sobreestimulado por ocupaciones, responsabilidades y la previsión de las consecuencias de no estar a la altura.

La American Academy of Family Physicians, que sería el equivalente a la asociación de médicos de familia americanos, ha estudiado este tema y propone una serie de claves para que ganes la batalla al estrés y detengas la ansiedad que amenaza con comerte el terreno.

Incluye el ejercicio físico en tu vida

Quien mueve su cuerpo, mueve su mente. Por eso el ejercicio físico es uno de los mejores relajantes para el cerebro. Cualquier disciplina física va a exigirte que cortes el flujo de información de tu vida diaria y te concedas un descanso. Ya sea pilates, yoga, zumba o fitboxing lo que elijas,  mientras dure la clase tu cerebro no podrá pensar en otra cosa.

Además, con la mayoría de deportes estarás realizando ejercicios de equilibrio y de resistencia. Ambas opciones en suma son perfectas para apelar a la parte má primaria de tu mente, entrenarla y dejar en pausa tu parte más analítica, la que sufre estrés.

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Realizando ejercicio físico estamos quemando calorías, mejorando nuestra postura y trabajando nuestra musculatura. Terminar una sesión de ejercicio con un gran agotamiento físico significa salir con las pilas cargadas para volver a pensar con frescura. Una ducha, y sal a comerte el mundo.

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Come sano para tener una mente sana

Somos lo que comemos, y cuanto peor comemos, peor nos sentimos. La comida ultra procesada e industrial nos hincha, nos produce picos de energía que luego nos afectan negativamente con un efecto rebote, y a la larga nos hacen engordar y sentirnos menos ágiles. También cuando comemos apresuradamente obtenemos un perjuicio en nuestra salud, y de la misma manera, es negativo retrasar demasiado la hora de la comida por estar trabajando y finalmente comer a deshoras.

Mimar nuestra alimentación significa coger fuerzas para la lucha del día a día. Rechaza la comida basura, potencia las frutas para todo momento en el que necesites un tentempié, y trata de hacer cinco comidas al día, equilibradas y saludables.

Respeta tu sueño

No dormir las horas necesarias es un riesgo que no nos podemos permitir. Muchas de las dolencias más graves están relacionadas con la falta de sueño: problemas cardiacos, neurológicos o crisis de ansiedad.

Un sueño reparador es el antídoto contra el estrés que vivimos en nuestra rutina. Durante la noche mientras descansamos nuestro organismo realiza funciones necesarias para su mantenimiento. Nuestro cerebro asienta la memoria y el sistema circulatorio y nuestro metabolismo bajan su intensidad para descansar. No dormir lo necesario hace que al día siguiente empecemos con la mitad de energía, y que ese estrés se acumule encima del estrés de ayer y de siempre.

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Cómo interpretar el mundo

Según la American Academy of Family Physicians, muchas de las cosas que nos producen estrés podríamos evitarlas tan solo interpretándolas de otra forma, y digiriendo los acontecimientos con los que nos cruzamos en el día a día con otro punto de vista. Piensa en autocontrolar tus emociones cuando sabes que algo te produce ansiedad, y trata de desnudar esa sensación y de analizarla.

Es muy probable que pases el día con angustia, y si embargo no recuerdes bien qué es lo que verdaderamente te preocupa. Parece que nos acostumbramos a cargar con la ansiedad y que le otorgamos el poder de estresarnos por cualquier cosa. ¿Y si determinamos que nada es tan importante? Un cambio de punto de vista y relativizar un poco pueden servir para tirar a la basura muchas de las preocupaciones que nos amenazan y que sin embargo no conducen a ninguna parte.

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