Aunque cada vez exista una mayor conciencia de estilo de vida saludable, millones de personas en el mundo continúan moviéndose entre dietas y hábitos nada buenos para el cuerpo humano. Un problema médico y social que da lugar a un creciente número de pacientes con obesidad o problemas cardiovasculares. Ante esta situación, el que el Grupo Clínico Galiat, liderado por profesionales del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela han llevado a cabo una investigación que prueba los beneficios de la dieta atlántica gallega.
Según el estudio, las personas que mantienen una dieta sana y equilibrada, como puede ser la dieta tradicional gallega, tienen un mayor número de posibilidades a la hora de "prevenir o retrasar este tipo de patologías". Alimentos como los mejillones de las rías, el vino y aceite de variedades autóctonas, verduras básicas como grelos y berzas, así como productos lácteos, se convierten en productos indispensables a la hora de elaborar un buen plan nutricional.
Menos grasa y menos colesterol
En el ensayo clínico participaron 250 familias de la localidad pontevedresa de A Estrada, a las que se enseñó a modificar patrones de conducta poco saludables y cambiarlos en beneficio de otros menos perjudiciales. Tras quince meses de intervención, se pudo determinar que las personas del municipio gallego habían perdido una cantidad significativa de grasa y reducido sus niveles de colesterol: "Produjo una disminución de 1,2 kg en el peso corporal de los participantes adultos, 0.42 kg/m2 en el IMC y una disminución significativa en el porcentaje de masa grasa corporal y una reducción en los niveles medios de colesterol y de colesterol LDL debida a la intervención de 5,3 y 3.60 mg/dl respectivamente".
Gracias a este estudio, el Grupo Galiat pudo modificar no solo los hábitos de las personas que participaron en el mismo, sino que también los mejoró a nivel comunitario gracias al boca a boca. "El daño causado por las enfermedades relacionadas con la dieta requiere una respuesta global. En este contexto, el pilar básico en la prevención de estas enfermedades es el mantenimiento de un estilo de vida saludable, basado en una alimentación óptima y una actividad física adecuada", explicaba recientemente al portal Salud a Diario María del Mar Calvo, investigadora principal del Grupo Clínico, miembro del Comité de Comunicación de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) y especialista del servicio de análisis clínicos del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
Todo un éxito
"Nuestro objetivo fue evaluar los efectos de una intervención nutricional basada en empoderar una comunidad a distintos niveles de actuación. La intervención tuvo un efecto arrastre sobre los individuos no intervenidos, que también modificaron sus hábitos alimentarios. Este hallazgo podría deberse al propio diseño del estudio: al tratarse de una intervención de corte comunitario, es la propia comunidad la que ejerce un efecto dinamizador, favoreciendo el cambio a comportamientos saludables (...) Creo que la filosofía del proyecto, que conjuga el espíritu científico con un aliento cultural que arraiga muy bien en la gente, favoreció el éxito de este. Todo el mundo se siente orgulloso de su tierra y sus productos. Nuestros paladares se educan en los sabores de nuestra infancia", dice la experta, quien opina que el proyecto se podría exportar a cualquier lugar del mundo, adaptándolo a la gastronomía de la zona.
El proyecto Galiat era premiado recientemente con el primer Premio SEDAP-Ferrer que organiza la sociedad española de directivos de Atención Primaria.