El plástico ya forma parte de nuestra alimentación. Después de varias décadas escuchando que podríamos estar saturando al planeta de este material, que no es biodegradable y por tanto nunca desaparecerá del todo, se está comprobando cómo los mares contienen ya tanto plástico que acaba convertido en trozos microscópicos y se incorpora a la dieta común de los peces. Y de ahí a nuestro estómago.
De la misma manera, si damos más usos de los debidos a una botella de agua de plástico podemos también estar ingiriendo plástico. Este material está presente en nuestras compras, y cada vez está más claro que si no detenemos su consumo y buscamos alternativas sostenibles, puede llegar un momento que la ensalada que tengamos sobre la mesa sea directamente de plástico.
Para ello existen dos aplicaciones para móviles que nos ayudan a conocer el uso que damos al plástico, cuál es su huella en el planeta y nos proponen alternativas para reducir este consumo y optar por soluciones más respetuosas con el medio ambiente y que, por lo tanto, revierten en un mayor bienestar para nosotros mismos.
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'My little plastic footprint'
El nombre de esta aplicación traducido al castellano es “Mi pequeña huella de plástico”, y es muy interesante porque a veces pensamos que nuestras propias iniciativas pueden resultar insignificantes y que da igual si hacemos mucho o poco. Sin embargo, esta aplicación llega para descubrirnos que lo que creíamos que era una huella pequeña, nuestra relación con el plástico, realmente es muchísimo si lo ponemos en perspectiva.
Una vez que configuramos la aplicación para conocer nuestros hábitos familiares, dispondremos de la información necesaria para medir y entender cuánto plástico pasa por tu casa, cuál es la media por persona al año y cómo diseñar una nueva vida más sostenible diciendo adiós a los plásticos.
Funciona como un juego en el que el reto es esquivar el plástico de tu vida diaria y hacer restar día a día el plástico del que eras responsable cuando aceptaste el reto de participar en esta aplicación. Bajo esta forma de actuar, My little plastic footprint no nos permite descargar nuestra responsabilidad en el reciclaje. Lo realmente importante es atajar el problema de raíz, no consumiendo plástico de ningún tipo y, por tanto, enviando un mensaje a los productores: no queremos más plástico en el planeta.
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'Beat the microbead'
Esta aplicación nos avisa acerca de los microplásticos que pueden contener los productos que consumimos, en especial los cosméticos. Así, cuando disponemos de toda la información sobre el problema, podemos actuar en consecuencia.
Porque cuando pensamos en la contaminación de los plásticos probablemente se nos vengan a la cabeza grandes placas de plástico formado por desechos de distinta procedencia. Es decir, pensamos en el plástico que se ve. Pero mucho más peligroso es el plástico que no se ve porque se ha transformado en partículas microscópicas.
Cuando el plástico acaba en el mar se degrada por el efecto del agua y de la luz. No es biodegradable, por lo que no llega a desaparecer, sino que desprende trocitos muy pequeños, invisibles, que acaban formando parte de la biología marina, porque los peces y las plantas acuáticas se nutren con estos elementos plásticos y los incorporan a sus “nutrientes”.
De la misma forma, existen cosméticos que incluyen estas micropartículas de plástico en su composición, y cuando nos lavamos las expulsamos por el desagüe, haciéndolos llegar al alcantarillado. Sin embargo, las depuradoras no logran filtrarlos, y de nuevo estas partículas pueden acabar campando a sus anchas.
Esta aplicación, Beat the microbead, resulta muy útil informando y analizando sobre dónde están estas micropartículas de plástico y dándonos una visión global acerca de cuáles son los usos que le damos al plástico, incluso cuando no somos conscientes de ello.
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