¿Sueles tener cosquillas? Prueba a hacértelas tú y comprueba qué pasa

Según los estudios, el cerebro no responde de la misma manera cuando somos nosotros quienes nos sometemos a una sesión de cosquillas. Sin embargo, los pacientes que sufren determinadas patologías psiquiátricas sí pueden hacérselas

Por hola.com

Si alguien te acaricia suavemente la piel, seguro que notarás una sensación muy agradable. Si el objetivo de esa persona es que te dé un ataque de risa por sus cosquillas, puede convertirse en una 'agradable' tortura. Pero ahora, prueba a hacértelas tú y hazlo en la parte del cuerpo más sensible, por ejemplo, la planta del pie. ¿Sientes lo mismo? Probablemente, no, y un estudio reciente tiene la respuesta. Pero antes de revelártela, vamos a ver por qué tenemos cosquillas.

- Relacionado: ¿Cuánto sabes del reino animal? Descubre nueve curiosidades

Cerebro primitivo

Una de las hipótesis que responde a por qué tenemos cosquillas es la creencia de que se debe a un mecanismo del cerebro para garantizar la supervivencia. En concreto, se sospecha que fue una habilidad que desarrollaron nuestros ancestros para detectar cualquier insecto, reptil u otro animal que pudiera amenzar su vida. Y es que, cuando algo se posa sobre nuestra piel, los receptores que hay debajo de esta lanzan una señal al cerebro para avisarle de que hay que actuar, o bien rascándose, haciendo aspavientos o, simplemente, apartando aquello que está atacando. 

Las cosquillas no son exclusivas del ser humano. Otros animales también las sienten. De hecho, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Humbolt, en Alemania, realizó un experimento en ratas en el que se valoró la respuesta de este modelo animal ante las cosquillas. Los autores del estudio observaron que, al realizárselas, se activaba una región cerebral asociada a los estímulos táctiles y, además, los animales lanzaban unos sonidos que se podrían interpretar como 'grititos' de risa. Eso también ocurría cuando veían la mano del investigador a punto de hacerles cosquillas, incluso las buscaban. Sin embargo, no parecían demostrar el mismo interés si se les sometía a una situación de estrés. Así, las cosquillas podrían tener también alguna relación con el humor y con el juego.

Esto, de hecho, es lo que nos ocurre a los humanos. Utilizamos las cosquillas como diversión. Y, sobre todo, cuando somos más jóvenes, recurrimos a este tipo de contacto para pasar un buen rato, ya que con ellas, las risas, aunque sean nerviosas e histéricas, están garantizadas. Pero, ¿podemos sentir lo mismo si nos las hacemos a nosotros mismos? 

- Relacionado: ¿Por qué se pone la piel de gallina?

Por qué no puedes hacerte cosquillas

Haz el experimento. Localiza la parte de tu cuerpo en la que más cosquillas tienes y prueba a provocártelas. Verás como tu respuesta no es la misma. Así lo ha visto un estudio publicado en la revista médica Proceedings of the National Academy of Sciences y realizado por la Universidad de Linköping, en Suecia.

El trabajo señala que nuestros cerebros parecen reducir la percepción sensorial de un área de nuestra piel cuando somos nosotros mismos quienes la tocamos. Es decir, advierte de que es el ‘yo’, entendido este como autoconcepto y capacidad para reconocer las propias acciones, el que está llevando a cabo el contacto.

"Vimos una diferencia muy clara entre ser tocado por otra persona y el contacto de uno mismo. En este caso, la actividad en varias partes del cerebro disminuyó", indicó la autora principal del trabajo, la doctoar Rebecca Böhme, del Departamento de Medicina Clínica y Experimental.  

En algunas enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia, los pacientes sí pueden hacerse cosquillas, algo que sugiere que el cerebro interpreta las percepciones sensoriales de su propio cuerpo de manera diferente a lo que lo haría un cerebro sin esta patología.

Los resultados son compatibles con una teoría en la investigación del cerebro que sugiere que el cerebro intenta predecir las consecuencias sensoriales de todo lo que hacemos. Esto significa que no otorga tanta importancia a las percepciones sensoriales causadas por nuestros propios cuerpos. 

Por tanto, ya sabemos por qué será imposible que nos dé un ataque de risa por cosquillas si somos nosotros quienes las provocamos. Así que tendremos que buscar a otros si lo que queremos es pasar un buen rato. 

- Relacionado: ¿Por qué nos ponemos rojos?