Somos humanos y es irremediable que atravesemos épocas en las que nos envuelve el pensamiento negativo, incluso catastrófico. Pasar por situaciones difíciles como una pérdida o una crisis requiere de una energía extra para poder afrontar el día a día con actitud de apertura y mejora. Pero no siempre se tiene. Cierto es que hay personas que, de manera natural, tienen un envidiable empuje positivo hacia la vida, a las que parece que han dotado de una habilidad maestra para sobrellevar los baches y aprender de ellos. Puede que no seas una de ellas, pero eso no implica que no puedas trabajar para conseguir ser más positivo. Poco a poco, poniendo en práctica técnicas y consejos, es posible.
Amabilidad y agradecimiento, con el mundo y contigo
Parece una tontería, pero sonreír es una de las mejores fórmulas para empezar este reto. Tus gestos hablan de ti y proyectan energía, por lo que si sonríes al mundo estarás comunicando una actitud en sintonía. Más allá de lo no verbal, pon atención en ser amable y agradecida. No imaginas la reconfortante gratitud que puede venir de vuelta. Puede que estés enfadada con el mundo, pero ese enfado no desaparecerá si no lo desmontas con pequeños grandes gestos como estos. Ábrete y manifiesta tu amor, por tu familia, amigos, pareja, y también contigo mismo.
Dedica cinco minutos cada mañana para dar gracias por las cosas bonitas que hay en tu vida y visualiza momentos felices. Por la noche, piensa en las cosas positivas que te han ocurrido; pequeños detalles que puede que formen parte de tu rutina y en los que ni siquiera reparas, como una conversación con un compañero o el sabor del café recién preparado.
Es importante que tomes conciencia también de cómo te hablas a ti mismo. Tener un diálogo interno positivo, lejos de exigencias, castigos o manipulaciones, es la única manera de poder comunicarte con el mundo de manera positiva. Perdónate si te equivocas, permítete llorar si lo necesitas y anímate a dar cada día un pasito más.
Metas y conciencia de presente
Estar en el presente es la única manera de soltar los lastres del pasado, que puede que sea donde se encuentre la causa de tu bloqueo. Lo único que es real es el aquí y el ahora y debes poner el foco en ese espacio, dando lo mejor que puedas de ti. Dedicar unos minutos a respirar puede ayudarte con esta tarea.
Pero todos necesitamos tener un motor que nos empuje hacia el futuro y esas son las metas que nos marquemos. Sin objetivos es imposible mantener una actitud positiva y activa cada día, pues la energía se va diluyendo, canalizándose hacia estados depresivos. Marca tus propias metas, organiza tus posibilidades, visualiza y trabaja para conseguirlas. Y muy importante, celebra los pequeños éxitos.
Movimiento
Hacer deporte es otro de los factores más importantes para predisponer nuestro cuerpo hacia el positivismo. La actividad física regula los niveles de serotonina, aumenta el flujo sanguíneo cerebral y estimula la liberación de endorfinas, entre otras cosas, siendo una fórmula recetada en casos de depresión. Además, sentirte mejor corporalmente hará que te sientas mejor emocionalmente, que compruebes lo bien que sienta cuidar de uno mismo.
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De igual modo, comer bien y disfrutar con pausa de los momentos en torno a la mesa, así como meditar o practicar disciplinas que combinan cuerpo, mente y emoción -como yoga o pilates- te ayudarán a rebajar los niveles de ansiedad y estrés; grandes enemigos si buscas ver la vida de forma más positiva.