Hacer deporte a diario es una de las principales recomendaciones de doctores y especialistas para disfrutar de una vida sana. Sin embargo, hay que ser especialmente precavido tanto con el tipo de ejercicio que decidimos poner en práctica, así como con la forma de llevarlo a cabo en nuestro día a día. Prácticas como el running, el crossfit o el spinning son algunas de las disciplinas basadas en ejercicios cardiovasculares que precisan un control determinado con el fin de evitar dolencias y graves episodios como la muerte súbita.
Los datos hablan por sí solos. Según la Fundación del Corazón cada año se produce un promedio de 127 muertes súbitas en personas que practican deporte. Generalmente, y en la mayoría de los casos, la principal causa de este desenlace es una cardiopatía que no ha sido detectada previamente.
La ergometría, que así es como se conoce a la prueba de esfuerzo, está viviendo un sensible crecimiento desde que deportes como el running han alcanzado tan altas cotas de popularidad.
¿Qué es realmente la prueba de esfuerzo?
La ergometría es un test que se realiza por medio de determinadas pruebas con el fin de conocer el nivel físico del deportista y así planificar sus entrenamientos. Esta prueba nos ayuda a detectar posibles variaciones cardiovasculares que solo surgen cuando el corazón no está en reposo. Es una prueba que consta de tres partes:
- Un registro electrocardiográfico, sometiendo al paciente a una prueba semejante a la disciplina que vaya a realizar y midiendo la actividad de su corazón mediante un electrocardiograma
- Respuesta tensional; por medio de la cual se mide la presión arterial antes, durante y después del ejercicio
- Ergoespirometría, a través de la cual se conoce la relación entre el corazón, el aparato respiratorio y el flujo sanguíneo.
Tres pasos tras los cuales se realiza una valoración cardiológica en función de la edad y estado físico del paciente. La colaboración del sujeto es primordial, ya que debe informar en todo momento a los especialistas de su estado físico durante la prueba (si sufre mareo, ahogo, dolor en el pecho o sudoración fría).
Unos resultados determinantes
La resolución de esta prueba es tan importante que condicionará la pauta de ejercicio del paciente en cuestión. Cuando la frecuencia cardiaca no supera la máxima teórica y mantiene un ritmo constante y uniforme durante el ejercicio, el resultado se considera normal. Una resolución anómala puede mostrar arritmias o alteraciones en el electrocardiograma, que pueden indicar algún tipo de bloqueo en las arterias coronarias que llevan sangre al corazón. Si los resultados no entran dentro de los límites de la normalidad, el especialista derivará a pruebas posteriores (como un cateterismo cardíaco) para confirmar el diagnóstico y proceder al respecto.