La ansiedad por la comida es algo muy habitual en nuestra sociedad. Son muchos los problemas a los que nos enfrentamos en el día a día y diversos los motivos que nos pueden hacer sentir insatisfechos. Todo ello, nos causa estrés y un comportamiento ansioso que se traduce en conductas poco beneficiosas para nuestro organismo, como sentir una necesidad imperiosa de comer sin control.
Este comportamiento, además de no aportarnos ninguna solución, puede volverse contra nosotros y convertir la ansiedad por la comida en una obsesión que nos aboque a sufrir sobrepeso y obesidad. La nutricionista y colaboradora de ¡HOLA! Marta Lorenzo nos explica a qué se debe y qué podemos hacer para volver a mantener una relación más sana con la comida.
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El placer de comer
Generalmente, comer proporciona placer y, nos ayuda a olvidarnos de aquello que nos causa malestar, al menos, momentáneamente. Sin embargo, la comida no soluciona el problema, este sigue estando ahí. Y eso es lo que debemos tener en cuenta.
Por tanto, para poder reducir la ansiedad por la comida, lo primero que debemos hacer es tratar de averiguar cuál es la causa que nos produce esa sensación de angustia y buscar una solución. De esta manera, nos resultará más fácil controlar el hambre o la necesidad de comer compulsivamente.
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También existen otros consejos que pueden facilitarte el poder llevar una buena alimentación y controlar la ansiedad:
Realiza las 5 comidas al día. Los expertos en nutrición no dejan de insistir en ello. Y el motivo principal es no llegar a la siguiente comida con mucha hambre. Es cierto que las personas que no tienen ansiedad por la comida, ni la necesidad de comer tantas veces por no tener una vida muy activa, pueden reducir las ingestas a 3 o 4 comidas, pero en el caso de sufrir ansiedad, es fundamental comer cada 3 horas, ya que de esta manera podrás controlar lo que comes.
Introduce mucha fibra en tu dieta. Este nutriente tiene un efecto saciante importante, consiguiendo que te sientas llena después de comer. Además de fruta y verdura, no deben faltar en tu dieta los cereales integrales.
Ingiere líquidos con frecuencia. Beber agua fuera de las comidas mejora la digestión y, además, también tiene efecto saciante. No es neceario que te ciñas a beber agua mineral o del grifo. Puedes optar, asimismo, por infusiones, ya que beber algo caliente aumenta la sensación de plenitud y, por tanto, no llegarás a las comidas principales con un hambre voraz.
No realices dietas hipocalóricas. No son nada recomendables. Y en el caso de sufrir ansiedad por la comida, aún lo son menos. Cuando una persona realiza una dieta con restricción calórica, tiende a sentirse más ansiosa, tanto durante como después del régimen alimenticio. Por si esto fuera poco, este tipo de plan de adelgazamiento sin control por parte de un especialista, suele provocar un efecto rebote.
Realiza ejercicio. Ayuda a desconectar, a liberar tensiones y a reducir el apetito, pudiendo ser un punto importante para reducir la ansiedad. Sin embargo, en ocasiones, el ejercicio físico también aumenta las ganas de comer. Si es tu caso, opta por alimentos como frutas, yogures desnatados como tentempié.
No tengas prisa a la hora de comer. Masticar despacio y comer lentamente ayuda a controlar la cantidad de comida que ingerimos, ya que la sensación de saciedad. Ten en cuenta que tu cerebro va a saber que estás llena después de 15 o 20 minutos tras ingerir el alimento.
Aprende a diferenciar si es hambre o ansiedad. Esto no es nada fácil, pero si tienes hambre habiendo comido hace poco o tu cuerpo te pide comer principalmente azúcar y grasas, lo más probable es que se trate de ansiedad.
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